El corazón se abre a los cristianos de toda confesión y a cuantos creen en el único Dios para que la superior instancia de paz y de vida para Oriente Medio prevalezca sobre cualquier otro interés o resentimiento de parte
(Osservatore).- En las horas dramáticas que ven multiplicarse las señales de un posible ataque militar en Siria por parte de potencias occidentales y no sólo, las voces de paz e incluso las remisiones al derecho internacional corren peligro de quedar desatendidas.
Sin embargo justamente en estas horas sería más necesaria aún una reflexión constructiva sobre el llamamiento lanzado por el Papa Francisco en el Ángelus del domingo pasado a la comunidad internacional para que «ponga todo su empeño para ayudar a la amada nación siria a hallar una solución a una guerra que siembra destrucción y muerte».
En una declaración de hoy a nuestro periódico, el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, afirma que «en estas horas de trepidación se intensifica la oración por la situación en Siria, que se ha agravado en el delicado contexto medioriental, con heridas abiertas en Egipto, Irak y otras regiones». «El corazón se abre a los cristianos de toda confesión y a cuantos creen en el único Dios para que la superior instancia de paz y de vida para Oriente Medio prevalezca sobre cualquier otro interés o resentimiento de parte. Que sean prioritarias sobre cualquier otra razón para la comunidad internacional la justicia, la reconciliación y el respeto solidario de los derechos personales y sociales, también religiosos, de todos, indistintamente, los componentes de la población medioriental», concluye la declaración.
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