¿Cómo invitas tú, cómo invito yo? Gran parte de la humanidad parece pasar hoy de largo ante lo que ofrecemos, quizá porque no ofrecemos de corazón, quizá no ofrezcamos lo que dice y quiere Jesús
(Xabier Pikaza).- Me atrevo a hablar de un camino que lleva a la «luna de Jesús», que se expresa en un mensaje de generosidad y de banquete, es decir, de fiesta de vida, ofrecida en especial a los que poco o nada tienen. Así lo muestra Jesús, en un pasaje (Lc 14, 7-14) parabólico e incisivo:
‒ Ésta es la parábola de la vida: Ser generosos e invitar a los demás, abriendo la mesa para aquellos que menos tienen, compartiendo así el camino que lleva hacia la «luna» del Reino. Se trata de pasar de una vida de negocio, donde sólo doy para que me den, al ocio más profundo de la gratuidad y del regalo generoso.
‒ Éste es su mensaje incisivo: Nos invita a invertir, antes de que sea demasiado tarde, lo que ha sido la marcha del mundo (y en nuestro caso del mundo occidental más rico) que ha edificado su «comida» (su banquete) a costa de los pobres (de lo excluidos del banquete).
— Se trata de dar marcha atrás, no por negación, sino por gozo generoso y por fraternidad. No se trata de «humillarse» (de abajarse) por pura humildad masoquista, sino de abrir espacio para ofrecer un puesto en el banquete a todos, por fraternidad, por gozo.
— Se trata de dar el gran salto a la gratuidad, pasando así de una vida de talión donde todo se compra y vende (se calcula) entre los miembros del «clan» (de los vips o de los vops), a una vida de creación, de regalo creador de vida, en un camino donde caben todos, en marcha hacia la luna de Jesús, que es el Dios Generoso del evangelio. Buen domingo a todos.
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