Se trata de la fuerza pacífica y transformadora que puede tener un pueblo, un conjunto de comunidades con una alternativa clara y definida por la paz
(Gema Juan).- Ante la guerra: la que se aproxima, las que ya están en marcha, las que hubo, las que habrá…
Cambian los lugares en el mundo, el norte por el sur, el este por el oeste, cambian los nombres, pero se repite el terror y la locura que es una guerra y se repite el dolor en rostros inocentes.
Este no es el lugar de volver a preguntar por qué se pretende hacer frente a unas guerras sí y a otras no, o por qué unas armas resultan más peligrosas o para quién, ni para hablar del eufemismo daños colaterales. Quizás tampoco es el lugar de preguntar por la guerra que más vidas devora, que se asienta en nuestros sistemas económicos y a la que no hay voluntad de enfrentarse. Quizás este no es el lugar…
Sin embargo, la pena y la rabia que embargaban a Teresa de Jesús, nos siguen abrumando hoy. «Somos peores que bestias», dijo. No la tendríamos ahora por políticamente correcta. Y ella hablaba de lo que estaba sucediendo en el nuevo mundo, de una guerra de intereses que mataba inocentes, como siempre:
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