La vivencia y la transmisión del Evangelio impulsan a las comunidades a crecer y permanecer como comunidades itinerantes, proféticas, entrañables, samaritanas y evangelizadoras
(Rd-Desclee).- El cincuentenario del Concilio Vaticano II, el Año de la fe y el testimonio y servicio del Papa Francisco nos estimulan a un mayor y más profundo compromiso evangelizador. El Evangelio, como propuesta de vida y acontecer amoroso de Dios en Jesús, es la gran oferta que la Iglesia hace al mundo. Y que José Luis Pérez Álvarez, fundador de las comunidades Adsis, ofrece a través de «Vivimos y transmitimos en comunidad el Evangelio de Jesús«, segundo título de la colección RD-Desclée.
La evangelización es signo ineludible de la fe que se manifiesta con gozo y humildad a través del testimonio de fraternidad y de solidaridad de las comunidades cristianas. Desde las diversas formas de vida, carismas y compromisos, las comunidades son el sujeto prioritario de la vivencia y de la transmisión de la fe.
Descubrimos cómo Jesús fue configurando la vida y el corazón de sus discípulos con las opciones y vivencias del Evangelio del Reino hasta llegar a ser testigos de su vida, muerte y resurrección.Por la acción del Espíritu Santo, la Iglesia se va constituyendo en la fidelidad a la fe de los Apóstoles. Así el Evangelio se vive y se transmite en las comunidades apostólicas con el testimonio de la Palabra, los signos de la misericordia y el martirio.
Actualmente las comunidades se han sentido estimuladas por los signos de los tiempos y el Concilio Vaticano II. Evangelio y Comunidad son dos realidades que se identifican y proyectan simultáneamente. La vivencia y la transmisión del Evangelio impulsan a las comunidades a crecer y permanecer como comunidades itinerantes, proféticas, entrañables, samaritanas y evangelizadoras.
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