La "revolución Bergoglio", que no es otra que la del sentido común. La del "Nosotros"
(Jesús Bastante).- Vivimos días, de esperanza, de gozo. Por primera vez en mucho tiempo, la práctica totalidad -excepción hecha de los cavernarios de siempre, que del frío y el miedo que les ha entrado todavía se la están buscando para envainársela. Aunque, desconfíen, pronto utilizarán las páginas de las revistas jesuitas para azuzar nuevas hogueras- de los creyentes del mundo se sienten a gusto con su Papa y su «sentido común». Suscribirían de principio a fin sus últimas declaraciones, en ese magnífico scoop que ha logrado el compañero y amigo Antonio Spadaro. Francisco se muestra tal y como es, tal y como somos los seguidores de Jesús. Normales, esperanzados, con ansias de construir. Atrás quedan los ceños fruncidos, la «mala noticia» y una Iglesia demasiado lejana. Volvemos -ya lo anunciamos, antes como una esperanza cierta, ahora como una fecunda realidad- a conjugar el verbo «Iglesia» en primera persona del plural. Esa palabra tan hermosa que supone el «Nosotros».
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