Sí hay teólogos y profetas, pero no los escuchan
(Rufo González).- No hay solidez absoluta sobre celibato obligatorio ni en la Escritura ni en la teología. Leo un artículo («Sacerdotes casados») de J. Morán, procedente del Faro de Vigo (30 de septiembre de 2013), en el que se reflexiona sobre «tres hechos que hacen dudar de la solidez absoluta del celibato obligatorio«: los sacerdotes casados en las iglesias orientales católicas, anglicanos casados pasados a la comunión con Roma, diáconos permanentes casados.
Me parece pusilánime concluir con sólo duda. Es sencillamente evidente que no existe tal solidez absoluta sobre «tal» celibato en el Evangelio ni en la teología. Baste recordar este texto del concilio Vaticano II: «el celibato no se exige ciertamente por la naturaleza misma del sacerdocio, como aparece por la práctica de la Iglesia primitiva y por la tradición de las Iglesias orientales, donde, además de aquellos que con todos los obispos escogen, por don de la gracia, la guarda del celibato, hay también presbíteros casados muy beneméritos» (PO 16).
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