Un mal chiste, una broma de mal gusto, eso y no otra cosa es el corta y pega al que han llamado Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa
(Bernardo Pérez Andreo).- Digámoslo de entrada: la LOMCE es una chapuza en toda regla, una amalgama de inconsistencias, insensateces y estupideces de tal calibre que no puede existir ni una sola mente inteligente que pueda darle su apoyo tras haberla leído.
Y como entiendo que entre el 42% de los que fueron a votar y lo hicieron al actual gobierno debe haber, por pura ley estadística, muchos inteligentes, entiendo que todos ellos, tras la lectura se habrán descojonado de la broma, porque no cabe otra opción. Un mal chiste, una broma de mal gusto, eso y no otra cosa es el corta y pega al que han llamado Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa.
Una inconsistencia legal de tal calibre que abochorna a cualquiera que haya tenido que tragarse las anteriores leyes de educación. A tal punto llega esta supuesta ley que no es tal, sino una enmienda parcial a la ley anterior, la LOE, que a su vez era una adaptación de la LOGSE. Esas dos sí que eran leyes, con las que se puede estar de acuerdo o no, con argumentos y mediante un debate. Pero, ¿qué narices de debate puede existir con una pifia de un mal alumno que ha rebuscado en el rincón del vago para presentar un trabajo? José Ignacio Wert se ha lucido para lo que le queda de existencia. Ha llenado su calva de ceniza y oprobio y su nombre se asociará a lo opuesto de su significado alemán.
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