Ese amor que se hace cargo de nuestra miseria y desde dentro de nosotros nos fortalece para con nosotros salir adelante.. Más que buscar seguridades el publicano respira confianza
(Jesús Espeja).- En tiempo de Jesús y en aquella sociedad judía, un fariseo era ejemplo del religioso muy cumplidor, mientras un publicano encargado de recaudar impuestos para el imperio romano era religiosamente mal visto. Pero los dos van al templo para orar. Así que la cuestión planteada no es religión sí o religión no. Lo que se plantea es cómo debe ser la verdadera práctica religiosa. Y se diseñan dos modelos.
Primer modelo es el fariseo. Piensa que es perfecto porque cumple con todo lo que prescribe la religión. Se considera mejor que los demás y por supuesto mejor que el publicano que religiosamente es impuro porque anda metido en cobros y cambios de dinero. Este fariseo piensa que él es centro absoluto, ha fabricado una divinidad a su medida, cumple con todo lo prescrito y esa divinidad tiene que estar satisfecha y concederle todo lo que pida. Le importa sobre todo su seguridad, y eso es lo que busca cuando sube al templo para orar.
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