Consolidar el compromiso de todos los seguidores de Cristo a la intensificación de la oración y la colaboración al servicio del Evangelio y al bien integral de la familia humana
Francisco ha expresado su deseo de que la X Asamblea General del Consejo Ecuménico de las Iglesias «contribuya a dar un nuevo impulso de vitalidad y de perspectiva a todos los que están comprometidos con la causa sagrada de la unidad cristiana«, en un mensaje dirigido al presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el cardenal Kurt Koch.
A pesar de que la Iglesia Católica no es miembro de este Consejo, mantiene una colaboración con este organismo a través de un Grupo Mixto de Trabajo que realiza una búsqueda teológica sobre las principales cuestiones que dividen aún a los cristianos en el campo de la eclesiología.
Concretamente, en esta X Asamblea del Consejo Ecuménico de las Iglesias (World Council of Churches), que se convoca cada 7 años y que se celebrará del 30 de octubre al 8 de noviembre en Busan (Corea del Sur) bajo el lema ‘Dios de vida, condúcenos a la justicia y la paz‘, una delegación católica estará presente en calidad de observadora.
Por ello, el Papa ha enviado un mensaje al cardenal Kurt Koch en el que expresa su deseo de que esta Asamblea «ayude a consolidar el compromiso de todos los seguidores de Cristo a la intensificación de la oración y la colaboración al servicio del Evangelio y al bien integral de la familia humana».
Además, el Pontífice asegura que este mundo globalizado «exige un testimonio común de la dignidad que Dios ha dado a todos los seres humanos y la efectiva promoción de las condiciones culturales, sociales y jurídicas que permiten a los individuos y a las comunidades crecer en libertad».
En esta línea, resalta «la misión de la familia como un pilar fundamental de la sociedad» para asegurar una «educación integral para los jóvenes» y garantizar a todos «el libre ejercicio de la libertad religiosa».
Además, reitera que todos los fieles, en respuesta a las urgentes necesidades actuales, están llamados a «llegar a aquellos que se encuentran en las periferias existenciales» y a mostrar «una particular solidaridad» con los hermanos más vulnerables, «los pobres, los discapacitados, los no nacidos, los enfermos, los inmigrantes y refugiados, las personas mayores y los jóvenes que carecen de empleo».
(Rd/Ep)