¿Y cómo es que Dios no la evita, siendo el poderoso dueño del universo? Porque no puede evitarla. Porque este mundo es finito, imperfecto, frágil
(Martin Gelabert).- Me escribe un amigo y me propone provocativamente: «¿podrías detenerte una vez más explicando de qué manera Dios interviene en la historia? No me extrañaría nada que alguien haya hecho ya responsable a Dios de la tragedia de Filipinas». Cada vez que ocurre una desgracia provocada por los elementos de la naturaleza surge, de una u otra forma, la pregunta por el papel de Dios en la catástrofe.
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