Desde ese despertar arranca la necesaria denuncia política ante la corrupción, el imperio del dinero y el nuevo orden internacional
(Pedro M. Lamet).- El viernes pasado asistimos a un acto memorable organizado por el Teléfono de la Esperanza y la Universidad Comillas con motivo de su Día de la Escucha, este año dedicado a la crisis con el lema: «Si nos ayudamos, podemos«. Toda la tarde, desde las cinco hasta casi las nueve de la noche estuvimos reflexionando sobre este urgente y apasionante tema.
El plato fuerte fue una brillante conferencia de Luis González de Carvajal, que trazó un cuadro muy lúcido de la crisis que sufrimos y de la escucha que hay que dispensar a los que la sufren.
La idea que más me impresionó es que la causa clave de la situación que atraviesa nuestro mundo es la ambición. El ansia de dinero y el poder que conlleva ha deteriorado a la sociedad y los que más sufren sus consecuencias son los marginados, comenzado por los discapacitados y los pobres.
Respecto a la escucha insistió en que la gente más que consejos necesita ser escuchada porque es la mejor terapia, ya que la crisis en el fondo es una crisis integral no sólo económica.
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