Unas medidas de control y de seguridad que sólo consiguen producir graves daños físicos a unas personas que no van a dejar de arriesgar sus vidas para acceder a unas mejores condiciones de vida
(Cáritas).- En su reunión ordinaria celebrada el pasado viernes, 15 de noviembre, los miembros de la Comisión Permanente de Cáritas Española han mostrado su preocupación ante la decisión del Gobierno español de reforzar la triple valla fronteriza que separa Melilla de Marruecos con una malla que, en su zona superior, estará rematada por un alambre de cuchillas.
Los miembros de la Comisión, tras recordar que este material ya fue retirado en 2007 ante las graves heridas causadas a las personas que intentaban atravesarla para acceder al territorio nacional, han dejado constancia de su decisión de no permanecer impasibles y silenciosos ante esta medida, que se produce cuando apenas han pasado unas semanas de sendas tragedias que conmocionaron a toda la sociedad: el naufragio en aguas de Lampedusa en el que perdieron la vida cientos de inmigrantes subsaharianos y la muerte por sed en el desierto de Níger de otras 87 personas -madres y sus hijos de corta edad, entre ellos- que buscaban una ruta hacia Europa.
Para la Comisión Permanente de Cáritas, la decisión de reforzar la valla de Melilla sólo provocará mayor sufrimiento y dolor. Está convencida, asimismo, de que la defensa de las fronteras de un país no puede hacerse a costa de los derechos humanos de las personas más vulnerables ni contribuyendo a aumentar las tragedias personales y familiares de quienes salen de sus países en busca de un futuro más seguro y más digno.
Recuerda, además, cómo de manera reiterada Cáritas ha venido señalando el error que supone afrontar la realidad migratoria fundamentalmente desde unas medidas de control y de seguridad que sólo consiguen producir graves daños físicos a unas personas que no van a dejar de arriesgar sus vidas para acceder a unas mejores condiciones de vida.
Cáritas, como testigo privilegiado de las incertidumbres vitales en las que se debaten estas personas a través de nuestra presencia en los países de origen, de tránsito y de destino, no puede asistir impasible y muda ante una medida que vulnera los derechos humanos de personas que llaman a las puertas de Europa empujadas por la desesperación.
Por ello, la Comisión Permanente de Cáritas se hace eco de la llamada del Papa Francisco a no caer en la «globalización de la indiferencia», y a humanizar sin pérdida de tiempo las políticas migratorias de nuestro país y del conjunto de la Unión Europea.