Lo más sensato que podemos hacer es centrarnos con ilusión y optimismo en el inmediato presente, el único del que somos dueños
(Verbo Divino).-Desde Editorial Verbo Divino, te agradecemos el esfuerzo que has hecho de dejar plasmado en tu libro Como torrente de la montaña las experiencias de tu viaje-peregrinación desde Génova hasta Asís. Al leer las aventuras y acontecimientos en el recorrido, descubro como has ido tomando conciencia de ti mismo, has conocido muchos lugares y personas que a su vez te han llevado a tener otra concepción del mundo y de la vida.
Este viaje te ha despertado esperanzas personales, y desde un sentido de universalidad te ha llevado a un compromiso con el mundo y a una mayor confianza en el ser humano; te sientes en el deber de ser más solidario, generoso y sensible, especialmente a los pequeños detalles.
Permítenos unas preguntas.
EVD – Estabas llevando una mochila de 11 kilos. Si iniciaras hoy de nuevo ese viaje, ¿cómo sería tu mochila?, ¿qué quitarías y qué pondrías?
Luis Francisco Prieto – Quitaría al menos 2 kilos de ropa para aligerar peso y pondría más confianza en mí mismo y en la providencia humana.
EVD – Cuentas en tu libro que la mochila agarrota tu cuerpo. Pero ¿cómo es la «mochila de la vida» que llevan las personas hoy? ¿Y tu propia «mochila»?
Luis Francisco Prieto – Mi «mochila de la vida», y creo expresar el sentir general, se nos hace muy pesada porque acarreamos en ella cosas inútiles que mejor deberíamos dejar aparcadas.
EVD -¿Por qué el título de este libro?
Luis Francisco Prieto – Porque el comportamiento de los torrentes de montaña, transmite, con certera precisión, lo que quiero expresar en el libro.
EVD -¿Cuál es la ciudad o localidad que más te impactó?
Luis Francisco Prieto – Sin ninguna duda fue San Gimignano. Sus peculiares y singulares construcciones, en forma de altas y compactas torres de la época medieval, hacen de ella una localidad inigualable.
EVD – Quisiste cumplir una promesa y por ello llevaste a cabo este viaje, pero se nota que tienes alma viajera. ¿A qué se debe?
Luis Francisco Prieto – Desde que tengo uso de razón, siempre he sentido curiosidad por otros lugares, aquellos en los que el azar del nacimiento podía haberme situado.
EVD – A raíz de este viaje, ¿ha cambiado tu forma de viajar?
Luis Francisco Prieto – Por supuesto. Antes, lo que me resultaba más atrayente de los viajes eran los paisajes, los monumentos, las construcciones… A partir de este viaje, he descubierto una nueva manera de ver a las personas, no deteniéndome solo en su apariencia, y esforzándome constantemente en penetrar en su interior.
EVD -¿Cuáles eran tus miedos al iniciar esta aventura?
Luis Francisco Prieto – Creo que los normales de todas las personas cuando acometemos algo nuevo: miedo al fracaso de no ser capaz de llevar a cabo lo deseado.
EVD -¿Crees que las personas tienen miedo al fracaso?
Luis Francisco Prieto – Es obvio y natural que así sea, y es por ello que muchas veces no acometemos lo que deberíamos intentar, cuando el fracaso más grande es, precisamente, no intentarlo.
EVD -¿Qué es lo más significativo que has descubierto de ti mismo a través de esta experiencia?
Luis Francisco Prieto – He descubierto una increíble fuerza interior que hasta ese momento desconocía y que viajaba cómodamente instalada en algún recóndito lugar de mi mente esperando el momento de ser utilizada. También he descubierto una mayor comprensión de las reacciones humanas.
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