Pero al servidor del Evangelio tampoco le viene mal una sana y razonable cura de humildad. Bien aprovechada nos puede hacer más cabales seguidores de Jesús
(Jesús Mauleón).- Le dije esta frase consabida a un amigo que estaba a punto de irse con su mujer de vacaciones. Uno de esos viaje subvencionados para pensionistas que llevan a Benidorm, Mallorca, Canarias… o a cualquiera de los balnearios repartidos por la península. Mi amigo me miró riéndose y tras un silencio ponderativo me dijo: «Vivo bastante mejor que un cura».
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