La tarea de la Iglesia no consiste en dictar normas o leyes para otros, sino en ofrecer el testimonio de una vida fundada en el matrimonio, el testimonio de unas experiencias comunitarias y familiares llenas de gozo y de sentido
(Xabier Pikaza).- He presentado dos veces unas respuestas al Cuestionario enviado por la Comisión Vaticana sobre la familia. Hoy quiero ofrecer unas respuestas de conjunto, como creyente, como aficionado a la teología, y como persona de cierta experiencia. El tema es clave no sólo para la Iglesia Católica, sino también para la gran familia humana. Ante una nueva visión de la familia estamos, sin duda, en este comiendo del tercer milenio. Buen día a todos.
CUESTIONARIO (En cursiva el comienzo de las preguntas).
1 – Sobre la difusión de la Sagrada Escritura y del Magisterio de la Iglesia en relación a la familia… ¿Cuál es el real conocimiento de las enseñanzas de la Biblia, de la Gaudium et Spes, de laFamiliaris Consortio y de otros documentos del Magisterio post-conciliar sobre el valor de la familia según la Iglesia Católica?…
Éste es el defecto mayor de la encuesta… Cita aquí la Escritura, pero después no la tiene nada en cuenta, la pone al mismo nivel que el Magisterio… Es como si la Escritura fuera secundaria y sólo importara el Magisterio. Para que el sínodo tenga sentido hay que fundar su mensaje en lo que dice la Biblia.
Pero viniendo a responde a la encuesta podemos afirmar que el conocimiento no es grande sino, más bien, muy pequeño… empezando por la misma enseñanza de la Biblia, tal como se centra en el mensaje y en la práctica de Jesús, tal como lo indicó J. Ratzinger en su trabajo sobre la Fraternidad, en el Dic. de Spir.:
1. El mismo Magisterio ha dejado en segundo lugar (o ha silenciado) la experiencia básica del evangelio, la novedad de la familia y de la fraternidad mesiánica de Jesús. Ciertamente, no lo ha abandonado en la práctica… y son muchos los movimientos cristianos que han puesto de relieve ese aspecto de la fraternidad y de la familia, pero en general la doctrina del magisterio se ha dirigido en otra línea.
2. Por eso, la preparación del Sínodo debería llevar a un estudio más profundo del sentido de la Familia (y de la fraternidad) en la experiencia de Jesús y de la iglesia primitiva.
3. Falta un conocimiento más profundo de la relación entre la pequeña familia (de tipo matrimonial) y la gran familia social (en línea de fraternidad universal). Es aquí donde el Sínodo debería insistir, estudiando el tema desde la base bíblica.
4. Por otra parte, los documentos posconciliares (de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI) sobre la familia son muy poco conocidos. Apenas han aportado nada a la gran conciencia eclesial. Sólo han llegado a círculos pequeños del propio magisterio, de los teólogos profesionales y de algunos grupos cristianos de tipo «tradicional». La gran «masa» cristiana ha dejado de interesarse por ellos; más aún, los considera, en general, poco concordes con la inspiración cristiana de la vida.
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