Y esa es una lección para esta congregación: Ahora se refundan en la misericordia y la esperanza de ser Legionarios de Cristo simplemente
(Guillermo Gazanini).-La designación del nuevo gobierno de la congregación de los Legionarios de Cristo despierta esperanza entre los miembros de ese instituto. El nuevo director general es un hombre conciliador y prudente quien fungirá como el quicio propicio para refundar, como se ha expresado en un comunicado que ha dado la vuelta al mundo.
Creo que ese comunicado es una expresión sincera de lo que la Legión quiere después de un doloroso tránsito. Primero confirma una adhesión completa al Santo Padre declarando, sin objeciones, que la congregación hubiera «podido desaparecer» y, analizado su carisma, la autoridad y la formación, la Legión de Cristo se reestructura para dar golpe de timón y salir del océano del pecado que hubiera conducido a la extinción.
Cuando Francisco fue electo, se rumoró que algunos buenos cardenales le habrían sugerido tomar el nombre de Clemente en revancha por aquel quien suprimió a la Compañía de Jesús. Y hoy se alzan las voces feroces, más que eso, rugidos que dicen que Francisco cayó en error al ratificar el nuevo gobierno de la Legión y no haber acabado con la congregación. Benedicto XVI y Francisco dieron luces muy esclarecedoras sobre el bien que ese instituto hace a la Iglesia. Ni el guardián de la fe ni el Papa renovador dieron la firma para extinguir satisfaciendo el hambre de venganza de muchos que ven a los legionarios como mafia y corrupción. Es muy cómodo pensar así, pero sería contradictorio con el espíritu mismo de revolución de Francisco. Y es un voto de confianza también porque, si hay conversión sincera, entonces no hay pecado que no pueda ser perdonado.
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