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(Soledad Suárez, presidenta de Manos Unidas).- ¿Qué pensé cuando Benedicto XVI hizo pública su renuncia? Lo primero que sentí fue una sorpresa mayúscula y luego preocupación por los posibles motivos; podía ser que el Papa estuviera enfermo, etc…enseguida recordé las palabras de Cristo sobre su Iglesia, que siempre va a estar con ella y me tranquilizó.
Creo que fue una decisión valiente, audaz y seguro que muy meditada; me pareció una demostración de que la Iglesia tiene una manera de actuar muy distinta a cualquier otra organización.
Una vez superada la primera sorpresa, creo que ha significado un cambio en la manera de comunicar el mensaje de la Iglesia. También está el Papa haciendo mucho hincapié en la pobreza, en el mal reparto de la riqueza, y eso está produciendo una gran satisfacción, tanto dentro como fuera de la Iglesia.
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