Los fieles piden al Papa que con urgencia se revise el papel de la mujer dentro en la Iglesia, se incluya una pastoral sobre el final de la vida
El cuestionario enviado por Francisco en octubre a las diócesis de todo el mundo para obtener una fotografía real de la Iglesia confirma el cisma que se vive en España entre los católicos de base y la doctrina oficial en materia de familia y moral sexual.
Las casi 6.000 respuestas recogidas entre parroquias, comunidades, cristianos particulares y teólogos y remitidas al Vaticano «sin filtros ni cocinas» por Església Plural en Catalunya y el portal Religión Digital en Madrid, revelan que la mayoría de los católicos no viven ni están de acuerdo con la prohibición de los métodos anticonceptivos o de las relaciones prematrimoniales, por ejemplo. Lo cuenta Antonio Yagüe en El Periódico.
En las observaciones enviadas a Roma, también piden quienes han respondido a Esglèsia Plural y Religión Digital respeto a todo tipo de uniones, incluidas las uniones de personas del mismo sexo y la adopción de niños por ellas, revisar el papel del mujer en la Iglesia y que el celibato opcional de los sacerdotes.
En paralelo, la Conferencia Episcopal Española (CEE), todavía regida por el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco, remiso al sondeo, recogerá los informes de todas la diócesis y los enviará la próxima semana con una síntesis o «resumen nacional» que se está elaborando actualmente.
Matrimonios, religiosos, novios, viudos, y comunidades de jesuitas, dominicanas, franciscanas, Acción Católica o la asociación de Mujeres Teólogas, entre otras, coinciden en que es muy poco conocido el magisterio de la Iglesia sobre la familia, mayoritariamente rechazado y mal comunicado. También resaltan que falta credibilidad en el emisor.
La institución del matrimonio que la Iglesia mantiene no dista mucho, en opinión de los encuestados, de la de en tiempos de los primeros cristianos, con una unión «para toda la vida» «cuando la esperanza de vida era de 30 años». «Su visión es demasiado inmovilista y patriarcal», señalan, y se quejan de que «la Iglesia no reconoce en España otra unión que la matrimonial sacramental».
El cuestionario del Papa pregunta si hay uniones de personas del mismo sexo equiparadas «de alguna manera» al matrimonio y cuál es la actitud de la Iglesia. «Francamente mejorable», explica un grupo de profesores universitarios y de curas casados.
Las relaciones sexuales en general y dentro del matrimonio es uno de los apartados más contestados. Los encuestados consideran que «urge una revisión a fondo de la normas morales que las regulan«, ya que son un «compendio de prohibiciones absurdas planteadas por personas que jamás -en teoría- han tenido que afrontar estas cuestiones».
Algunos plantean que la mayor parte de los «medios naturales» que se proponen, especialmente la abstinencia, son rotundamente antinaturales. Mayoritariamente se está a favor del uso de los sistemas anticonceptivos y especialmente el preservativo.
En el epígrafe «otros desafíos y protestas», una especie de cajón de sastre, con el que concluye el largo cuestionario de Francisco, los fieles piden al Papa que con urgencia se revise el papel de la mujer dentro en la Iglesia, se incluya una pastoral sobre el final de la vida, que se aceleren los procesos de dispensas matrimoniales y se revise el celibato obligatorio de los sacerdotes.