Un cura silencioso, sencillo, profundo, evangélico, que está habitado por el poder del crucificado, decide quedarse para salir de sí mismo
(José Moreno).- ¿Cuál es o ha de ser el poder de la iglesia en medio del mundo? Es una cuestión siempre acuciante y pendiente en el seno eclesial. Mi amigo Antonio León, cura de un barrio marginal, se lo pregunta de otro modo: ¿cómo ha de ser mi relación con la gente del barrio en mi parroquia a la luz de Cristo? El fundador lo tuvo claro desde el principio pero ya a sus apóstoles les costó entenderlo y, desde entonces, continuamente tenemos que estar revisándonos para que la institución y la mundanidad no se traguen el carisma original y auténtico.
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