Casi todo lo bueno que queda en este degradado país se lo debemos a Felipe González
(J. I. González Faus)- La vida me ha enseñado una dura ley de la historia: cuando una situación es injusta, sólo los extremistas luchan de veras contra ella. Pero luchan mal debido a sus exageraciones.
Eso viví durante el franquismo, cuando los únicos que verdaderamente luchaban, se jugaban el tipo y fueron a la cárcel, eran en gran mayoría comunistas: militantes de diversos partidos marxistas desde el PC, BR, LCR y demás, con alguna excepción discreta como la de Ruíz Giménez y sus Cuadernos para el diálogo. En cambio, los que luego aparecieron como «demócratas de toda la vida», quizá se permitían algunos chistes contra Franco en la intimidad, pero luego votaban sí en los referendums del régimen. Y lo peor era que, al estar los grandes valores en manos de extremistas, era fácil desautorizarlos diciéndonos que luchar contra la dictadura era ser comunista. Nadie ha reivindicado a aquellos generosos equivocados, porque sigue siendo verdad que la historia la escriben los vencedores. Pero esa fue mi experiencia.
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