Me remueve tu voz. Por ella siento que la rama combada se endereza y el fruto de mi voz se crece al viento
(Nicolás de la Carrera).- Acaba de obtener hace unos días la malagueña María Victoria Atencia, a sus 82 años, el importante Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, siendo la primera escritora española en acceder a este galardón que destaca «el conjunto de la obra poética de un autor vivo que, por su valor literario, constituya una aportación relevante al patrimonio cultural compartido por la comunidad iberoamericana».
Me permitiré citar un par de elogios de miembros del jurado que, conocedores de la obra literaria de María Victoria, destacan algunos de sus más valiosos méritos. Así define la novelista y académica Soledad Puértolas el quehacer lírico de Atencia: «Su poesía tiene esa capacidad de convertir lo cotidiano en algo trascendente, de cristalizar el presente y de llenarlo de luz, de hacer algo compartido de cada gesto o de pequeños pensamientos que se puedan tener».
Interesante y motivador para los que escribimos en Religión Digital es también el testimonio de Jaime Siles que expresa con claridad el regalo que supone la escritura de la premiada, «una voz muy singularizada, más religiosa que mística, que nos hace ver matices absolutamente insospechados. Nos renueva la visión de la realidad y, al mismo tiempo, dota al lenguaje de una precisión extraordinaria».
Para leer el artículo completo, pincha aquí: