Telegrama de Montini, siendo arzobispo de Milán, a Franco, en 1962, intercediendo por el estudiante Jordi Cunill, que había sido condenado a muerte
(Hilari Raguer, en El País).- El Papa Francisco ha aprobado el milagro de Pablo VI necesario y se ha anunciado para el 19 de octubre su beatificación. Pero ahora voy a contar otro milagro suyo más sensacional, que puede que valga para su canonización.
La elección papal del cardenal Montini había sido muy mal recibida por Franco, y desde el gobierno se decía y repetía que el Papa no amaba a España. Incluso se decía, sin ningún fundamento, que un hermano suyo había luchado en las Brigadas Internacionales durante la guerra civil. Era todo lo contrario de aquel clamor, en tiempos de Pío XII: «¡España por el Papa, y el Papa por España!».
No es que Pablo VI fuera antifranquista, pero en aquellos tiempos de nacionalcatolicismo procuró que la Iglesia española no se confundiera con el régimen. En plena vigencia del concordato, y con él del derecho de presentación de Franco, Pablo VI, con la colaboración del buen nuncio Dadaglio, logró dar un vuelco al episcopado español gracias a los nombramientos de obispos auxiliares, a los que no se aplicaba el derecho de presentación y que en la Conferencia Episcopal tendrían la misma voz y voto que los obispos residenciales (posteriormente, sin concordato ni derecho de presentación, Juan Pablo II y otros nuncios dieron un nuevo giro al episcopado español, pero en sentido opuesto).
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