Y es que Alonso sintió durante toda su vida una pasión por los jóvenes que literalmente lo consumió. A ellos entregó todas sus energías
(César Caro).- Si lo hubiera podido programar, no habría encontrado un día mejor. El 24 de mayo sus pasos, que tantos años acompañaron la procesión de la Madre Auxiliadora, se encaminaron a la casa del Padre. Debe de haberse armado una buena allí, porque Alonso Vázquez significa fiesta salesiana. Don Bosco ha conocido por fin a uno de sus mejores «dobles».
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