Parece como si, con miedo ante Dios, la gente se sintiese con más confianza en la presencia de la Virgen María
(Luis Espina sj).- «Señora de los Pícaros». He visto esta apelación mariana en las últimas páginas del gran libro del cardenal Walter Kasper, La misericordia. El título lo explica así: «María es concebida como aquella que se pone de lado de los fracasados y pecadores, de ladrones y adúlteros, como auténtico cómplice de estos» (página 206). Esta apelación y esta explicación dan qué pensar.
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