Las obras realizadas para el Mundial de fútbol previstas inicialmente en 800 millones de euros, ya han superado los 2.700 millones, lo que supera la suma del coste en Alemania y Sudáfrica
(Manos Unidas).- Estos días Brasil está más de moda que nunca con la celebración allí de la Copa del Mundo de Fútbol 2014. Pero desde Manos Unidas, no queremos dejar pasar la ocasión para denunciar, una vez más, la situación de exclusión, injusticia y pobreza en la que viven millones de personas.
Y es que, aunque Brasil se ha convertido en la séptima potencia económica del mundo, el 18,6 % de la población (alrededor de 40 millones de brasileños) siguen viviendo en la pobreza en el país más poblado de Sudamérica.
Desde Manos Unidas, reconocemos avances con conquistas de políticas y programas públicos en la vida de millares de personas que se encontraban en la pobreza extrema en Brasil, pero no estamos satisfechos con la realidad existente en el país, y comprendemos las manifestaciones populares pacíficas que reivindican, justificadamente, el respeto a los derechos de los más vulnerables y políticas públicas efectivas que eliminen la miseria y garanticen vida con dignidad para todos.
Y es que, a pesar de sus innumerables riquezas naturales y culturales y de su gran potencial económico y de liderazgo en la región, Brasil continua siendo uno de los países más desiguales del mundo: el 20% de la población más rica goza de una renta media 21,8 veces mayor que el 20% más pobre; el 10% más rico de la población acaparaba el 44,5% de los ingresos totales del país, mientras que el 10% más pobre sólo obtenía un 1,1% del total.
Lo que además ha dejado de ser un fenómeno predominantemente rural para convertirse en un problema de marginación urbana generado por las constantes migraciones del campo hacia las grandes metrópolis, sobre todo desde el Nordeste hacia Río de Janeiro y São Paulo.
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