Me preocupan los jóvenes, muchos viven al margen del mensaje del Evangelio. Y de alguna manera el futuro de la fe está en las generaciones jóvenes
Juan José Omella, Obispo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, cumple diez años al frente de la Iglesia riojana y asegura que no tiene indicios de su relevo: «Ni tengo ganas porque estoy muy a gusto». Omella rememora su llegada a tierras riojanas hace ahora una década, «con 58 años, con muchas ganas de trabajar y cargado de ilusión», recuerda. Lo entrevista Maite Mayayo en La Rioja.
La pregunta es obligada, ¿cuál es el balance de este tiempo?
«Hay que dar responsabilidad a la mujer pero no necesariamente igual que al hombre»
Me siento muy identificado con esta tierra y su gente. Estoy a gusto y sigo trabajando con ilusión. ¿El futuro?: Otros diez años trabajando.
¿Guarda en su memoria su llegada y sus sentimientos?
Fue un momento muy bonito, una magna celebración. En Calahorra, con todos los obispos y el pueblo calagurritano. Me sentí muy arropado. Y al día siguiente fue en Logroño y en Santo Domingo. Después de diez años destacaría cosas tan sencillas como el comienzo de curso en Valvanera. Allí presentamos el plan pastoral del año y he visto cómo se ha ido incrementando la participación de la gente. Damos mil comuniones. Y luego destacaría el trabajo que se hace para seguir evangelizando.
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