"Es fundamental que los Ayuntamientos conozcan la diversidad que hay en sus municipios y pongan en marcha los mecanismos de gestión adecuados", apuntó Fernando Arias
¿Cuáles son los mayores problemas a los que se enfrentan las entidades religiosas de confesiones minoritarias en su gestión cotidiana? ¿Existe algún tipo de interlocución entre las entidades religiosas y los ayuntamientos? ¿Cómo articular vías de diálogo y resolución de conflictos? Estas y otras cuestiones son las que se abordan en los cursos de formación en Gestión de Entidades Religiosas organizados por la Fundación Pluralismo y Convivencia que han arrancado en Madrid este mes de junio.
A través de estos cursos la Fundación Pluralismo y Convivencia pretende impulsar el conocimiento relativo al marco normativo del derecho de libertad de conciencia y religiosa en España y a los procedimientos de gestión necesarios para la constitución y funcionamiento de las entidades religiosas y sus lugares de culto. Son gratuitos y están dirigidos a los miembros de las juntas directivas de las comunidades religiosas locales.
En los tres cursos celebrados en Madrid hasta la fecha han participado representantes de un total de 60 entidades religiosas de las diferentes confesiones con sede en la Comunidad de Madrid: protestantes, judíos, musulmanes, budistas, mormones, testigos de Jehová, bahá’ís, cienciólogos… , que en un clima de cercanía han podido, no solo obtener información sobre aspectos fundamentales para el día a día de sus comunidades, sino señalar problemáticas comunes e intercambiar experiencias.
Los cursos abordaron cuestiones relativas al Derecho, a la interlocución, a la participación y a los trámites más habituales en relación especialmente con la administración local. Y es que, en la mayoría de los casos -desde la ubicación de lugares de culto a enterramientos, pasando por la realización de actividades en la vía pública – el interlocutor válido no está en el Estado ni en las comunidades autónomas, sino en los ayuntamientos.
En este sentido, estos cursos se plantean además como una oportunidad para poner las bases para que administraciones locales y confesiones religiosas puedan «ponerse cara», conocerse, reconocerse y arbitrar interlocuciones eficaces. De hecho, la idea es, en los próximos meses, organizar «cursos-espejo» con los Ayuntamientos, para lograr el que podría ser uno de los mayores logros en diálogo con las confesiones en este país, que no es otro que conseguir que las localidades tengan un interlocutor definido que asegure la relación entre la administración municipal y las diferentes confesiones.
Un rostro, una puerta a la que llamar y un responsable, en definitiva, de coordinar la gestión pública de la libertad religiosa en el nivel municipal.
Y es que aunque la protección de la libertad religiosa implica a muchos de los departamentos o áreas de gobierno municipal (urbanismo, participación, bienestar social, cultura…), desde la Fundación y el Observatorio del Pluralismo Religioso en España se considera que sería conveniente que las administraciones locales nombrase a un representante del Consistorio como interlocutor con las confesiones.
«Es fundamental que los Ayuntamientos conozcan la diversidad que hay en sus municipios y pongan en marcha los mecanismos de gestión adecuados», apuntó Fernando Arias, director de la Fundación Pluralismo y Convivencia, quien señaló las ventajas de esta mutua conexión: más conocimiento lleva a la posibilidad de canalizar mejor las demandas, y por tanto garantizar en mayor medida el ejercicio de la libertad religiosa; pero también se traduce en mayor participación, que favorece la gestión de posibles conflictos. Y más aún: permite anticiparse a ellos.
Con el horizonte, más cercano de lo que parece, de las elecciones municipales y autonómicas, el «factor religioso» se configura como uno más a tener en cuenta, toda vez que los ciudadanos que profesan una confesión religiosa distinta a la católica ya se sitúa en torno al 7%, de los cuales buena parte tienen derecho a voto.