Los estudiantes ya no aprenden a través de simulaciones o teorías sino que viven una experiencia altamente práctica y fortalecen actitudes y valores
(AVAN).- Más de 300 alumnos de la Universidad Católica de Valencia «San Vicente Mártir» (UCV) han participado este año en el programa «Aprendizaje-Servicio» (ApS) que «aúna aprendizaje y labores de servicio a la comunidad y se integra en el currículum educativo de las diferentes titulaciones», según han indicado hoy a la agencia AVAN fuentes de la UCV.
Así, estudiantes de los Grados en Magisterio en Educación Infantil, Magisterio en Educación Primaria, Educación Social, Medicina, Enfermería, Odontología, Fisioterapia, Psicología, Biotecnología y Ciencias de la Educación Física y el Deporte de la UCV han trabajado con alumnos con escasos recursos, menores y adultos con discapacidad, adultos con exclusión social, drogodependientes, adolescentes con alcoholemia, inmigrantes, menores de etnia gitana, enfermos de alzhéimer, y víctimas de violencia», han añadido.
Precisamente, el vicerrectorado de Estudiantes y Acción Social de la UCV, organizador de la iniciativa, ha celebrado en el campus de Valencia-San Juan y San Vicente las II Jornadas Aprendizaje-Servicio (ApS) bajo el título «Aprendizaje-Servicio: Cómo trabajar esta metodología desde la asignatura. Experiencias de docentes y de alumnos».
En las sesiones los alumnos han expuesto cinco proyectos desarrollados mientras han cursado sus asignaturas, y, por su parte, los docentes han detallado cómo trabajan el ApS desde su materia, según las mismas fuentes.
Según la vicerrectora de Estudiantes y Acción Social de la UCV, Yolanda Ruiz, este proyecto educativo es de «utilidad social», en el que los estudiantes «toman conciencia de que persiguen más de un objetivo al mismo tiempo y sus acciones adquieren significado».
Por su parte, Consuelo Cerdá, coordinadora del programa ApS, ha señalado que, con esta metodología, el alumno «trabaja una competencia de la asignatura prestando un servicio en un colectivo vulnerable y con necesidades». Por ello, esta metodología «se ha convertido en una herramienta para educar mejor: los estudiantes ya no aprenden a través de simulaciones o teorías sino que viven una experiencia altamente práctica y fortalecen actitudes y valores», ha añadido.
