El papa Francisco está suscitando en muchos cristianos esperanza: una mirada de confianza en que sí es posible caminar hacia una Iglesia servidora y pobre
(Jesús Espeja op).- El papa Francisco está suscitando en muchos cristianos esperanza: una mirada de confianza en que sí es posible caminar hacia una Iglesia servidora y pobre. Hemos vivido largo segundo periodo postconciliar, donde han prevalecido el desconcierto en las relaciones de la Iglesia con una situación cada vez más compleja del mundo, la obsesiva preocupación por la ortodoxia y la insistencia en la unidad de los católicos a veces entendida como uniformidad. La orientación del papa Francisco en este primer año como Sucesor de Pedro significa ya un cambio cualitativo.
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