El problema estriba en si las mujeres son capaces de manejar sus propias organizaciones y seguir siendo católicas
(Isabel Gómez Acebo).- Ha aparecido un artículo en el NCR de Joan Chittister sobre las monjas americanas de la LCRW, que me ha parecido muy bueno para reflejar el problema de estas religiosas y de muchas mujeres católicas.
«No hace mucho tiempo en el mundo las monjas pasaban desapercibidas y cuando aparecían lo hacían de forma anónima o estereotipada. Hoy no pasa un día sin que el mundo descubra su presencia. La ironía es palpable, cuando aparecíamos como «monjas» no se nos veía y ahora que somos simplemente nosotras, todo el mundo conoce lo que hacemos. Está claro que el testimonio es, al menos, tan poderoso como los hábitos. Y las religiosas han dado claro ejemplo de contemplación, igualdad y justicia en estos últimos años. El problema con esta forma de pensar es que las personas que se consideran adultas plenas empiezan a actuar como si lo fueran. Pero con sus consecuencias.
La próxima semana la LCRW tomará decisiones que moverán el tema de la actuación de las mujeres en una iglesia de varones, hacia delante o hacia atrás. Aunque parezca mentira en el siglo XXI el problema estriba en si las mujeres son capaces de escuchar a varios conferenciantes y continuar siendo católicas. El problema estriba en si las mujeres pueden discutir diversos puntos de vista sobre temas candentes y seguir siendo fieles católicas.
El problema estriba en si las mujeres son capaces de manejar sus propias organizaciones y seguir siendo católicas. La respuesta vaticana es negativa pero en los últimos 45 años la respuesta de la LCRW a estas mismas preguntas ha sido un claro y pertinente sí.
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