Seguía a distancia y con tristeza la involución y la restauración en la iglesia española, promovidas por los últimos papas y los presidentes de la CEE
(Antonio Duato).- Ya se ha ido definitivamente Ramón Echarren, obispo emérito de Las Palmas de Gran Canaria. A los 84 años, y 45 de episcopado que no se le subió a la cabeza. Se ha ido yendo progresivamente en estos últimos. Un año faltó su felicitación navideña, siempre escrita a mano a sus amigos. Otro ya no lo encontré en mi también constante llamada anual por teléfono. Habíamos convivido durante tres cursos, hace sesenta años, en el Colegio Español de Roma. Ramón destacó sobre todo por su actividad extraescolar que le llevó a ser presidente dinamizador de la asociación de alumnos (Alma Mater) de la Gregoriana. Quien conozca la pluralidad del alumnado reconocerá que era una misión imposible. ¡Y el lo consiguió! No sabíamos si admirar más su entusiasmo por conectar personas o su capacidad organizativa, de hacer redes.
Para leer el artículo completo, pinche aquí