¡Desconocer la Biblia es desconocerte a Ti!

(Jaime Vázquez, en Verbo Divino).- Aquel día me dijeron que tenía que esperar un año para poder ir a estudiar Biblia. Recordarás -cómo lo ibas a olvidar- que los ojos se me llenaron de lágrimas.

En aquel momento, un año me parecía una eternidad -suena extraño hablar de eternidad aquí y ahora-. He de confesar que aquellos doce meses se me pasaron muy rápido. Leí la Biblia, viajé a Tierra Santa,… y, al final, concluido aquel período de prueba, pude viajar y estudiar Sagrada Escritura durante varios años hasta que terminé.

En realidad, nunca se termina de estudiar la Biblia. Supongo que entiendes lo que quiero decir cuando digo que nunca se termina de estudiar la Biblia. Y ahora, aquí. ¡Por fin! ¡Qué maravilla! A veces uno piensa que sabe mucho pero cuando llega a este lugar es cuando descubre lo poco que sabe de estas cosas. ¡Tengo tantas preguntas que hacerte! ¿Puedo? Gracias. No sé por dónde empezar: ¿Dónde está el Arca de la Alianza? ¿Cómo murió tu padre San José? ¿Cuántos Santiagos hay en el Nuevo Testamento? ¿Quién te mató? ¿Qué pasó en realidad con tu discípulo Judas Iscariote? ¿Qué Juan escribió el libro del Apocalipsis? ¿… Sigo?

Termino, por ahora, parafraseando a San Jerónimo: ¡Desconocer la Biblia es desconocerte a Ti!