Me gustaría que denunciara la política sanitaria y educativa, así como el trato que reciben los inmigrantes en los Cies
(Josep Miquel Bausset).- Mañana día 4 se sentará por primera vez en la sede de la catedral de Valencia como nuevo pastor de esta Iglesia diocesana. Le deseo un fecundo ministerio pastoral en su servicio a los cristianos de la diócesis de València.
Cuente con mi oración para que a imagen del Buen Pastor, acompañe y anime la fe y la esperanza del Pueblo de Dios que peregrina en esta tierra.
A lo largo de la Escritura los profetas, desde Jeremías a Miqueas, pasando por Amós, anunciaron la Buena Nueva del Reino y también denunciaron con valentía la mala política de Israel y la corrupción de sus gobernantes. Y no solo los profetas del Antiguo Testamento. También los profetas del siglo XX, como los obispos Casaldàliga, Romero, Angelelli o Hélder Câmara, alzaron su voz para denunciar la injusticia y la mentira de los poderosos. Y por eso, tanto unos como otros fueron perseguidos, y algunos incluso asesinados.
Si en la Regla Pastoral, San Gregorio el Grande exhortaba a los pastores a «oponer-se a los grandes de este mundo hablando con toda libertad», pido para usted, obispo Antonio, que el Señor le conceda el don del espíritu de profecía, para que su servicio episcopal que comienza mañana, sea un servicio guiado por la verdad del Evangelio y la solicitud por los más pobres y marginados. Por eso me gustaría que hoy día 3, en su concentración mensual, asistiera a la Plaza de la Virgen de València a apoyar a las víctimas del accidente del metro de 2006, desamparadas y olvidadas por el Gobierno Valenciano. Que bonito seria que comenzara su ministerio episcopal al lado de los que sufren. Porque como Jesús, usted ha sido enviado «a consolar a todos los que están de luto» (Is 61)
Me gustaría también, obispo Antonio, que fuese a Burjassot a apoyar a los trabajadores de RTVV y a denunciar el ataque a la libertad de expresión que siempre es la clausura de un medio de información.
Me gustaría que, para defender la cultura de los valencianos, presentara en Roma los textos litúrgicos aprobados por la Acadèmia Valenciana de la Llengua y «congelados» desde hace años en algún cajón del palacio arzobispal. En pleno 2014 ¿no será hora que la Iglesia Valenciana promueva y utilice nuestra lengua? Por eso me gustaría que usted utilizara el valenciano asiduamente, para así animar a los sacerdotes y diáconos valencianos a hacer lo mismo. Si como ha dicho el papa recientemente a los obispos del Chad, «Cristo no vino para destruir las culturas», y si como usted expresó su deseo de «evangelizar la cultura», ¿por qué no se incultura la Iglesia en la cultura y en la lengua de los valencianos?
Me gustaría que, con valentía y espíritu profético defendiera a los enfermos dependientes y a todas las personas que se encuentran asfixiadas por los recortes de la Generalitat.
Me gustaría que denunciara la política sanitaria y educativa, así como el trato que reciben los inmigrantes en los Cies.
Me gustaría que como arzobispo de Valencia estuviese al frente de una manifestación contra la pobreza, contra los que han destrozado y malvendido las entidades financieras valencianas y contra la política de los bancos y las preferentes, que por el egoísmo de algunos, han dejado en la ruina a miles de ciudadanos. Y también para protestar por los jóvenes que han emigrado, por falta de trabajo, y por los niños que en nuestra diócesis no pueden comer tres veces al día.
Y me gustaría, finalmente, que pusiera en evidencia a los que se aprovecharon del viaje del papa Benedicto XVI a València para hacer negocios sucios y indecentes. Y a los que, con el caso Cooperación, han expoliado a los más pobres del Tercer Món, para enriquecerse ellos.
Por todo ello y por su misión pastoral en su nueva diócesis, Sr. Arzobispo, rezaré al Señor.