El libro, con once capítulos, además de un prólogo, hace un repaso exhaustivo de la figura y de la trayectoria del cardenal Tarancón
(Josep Miquel Bausset).- Si el papa Francisco no quiere para la Iglesia obispos que parezcan príncipes (y que solo piensan en «escalar») sino pastores con olor a oveja, hace 50 años Tarancón ya hacía olor de oveja, ya que era un obispo sensible al sufrimiento y a las necesidades de la gente, un obispo que no establecía distancias sino que se acercaba, sobre todo a los que más sufrían.
Y es que Tarancón a lo largo de su ministerio pastoral, primero como sacerdote y consiliario de Acción Católica y después como a obispo de Solsona, Oviedo, Toledo y Madrid, fue por encima de todo un hombre afable y cercano, próximo a los que sufrían y atento con todos. Además de ser también un obispo que aplicó en España la renovación que va nació con el Concilio Vaticano II.
Es esto lo que ayer se dio a conocer en la presentación del libro «Vicente Enrique Tarancón. Cardenal de l’Església», una obra coordinada por Emili Marín y editada por Saó. Ha sido Emili Marín, sacerdote y periodista y durante muchos años director de la revista Saó, quien ha promovido la edición de este libro que cuenta, además del mismo Marín, con colaboradores como José Aliaga, Jordi Bort, J. Fermín Teruel y el autor de estas letras.
El acto de presentación del libro tuvo lugar ayer en el Aula Magna de La Nau. Centre Cultural de la Universitat de València, con la participación de Emili Marín, Jordi Bort, animador cultural y miembro de la Comisión del Centenario del nacimiento del Cardenal Tarancón, José Aliaga, doctor en Teología y Juanjo Enrique-Tarancón, sobrino y albacea del cardenal.
El libro, con once capítulos, además de un prólogo, hace un repaso exhaustivo de la figura y de la trayectoria del cardenal Tarancón, con temas tan diversos como «La vida y la persona del Cardenal Tarancón» y «Algunas fechas significativas de su vida», de José Aliaga, «El Cardenal de Borriana» de Jordi Bort, «El Concilio de Tarancón», «Un cardenal para la Transición», «Asamblea Conjunta Obispos-Sacerdotes», «Un cardenal ilustrado», «El cardenal vuelve a casa para siempre», «Una enfermedad y un adiós del cardenal» y «Un centenario con grietas», todos estos capítulos de Emili Marín; también «Tarancón, el músico que no llegó a serlo» de J. Fermín Teruel y «Correspondencia personal de Tarancón» del autor de este artículo.
Cuando hay ya una generación de valencianos y de españoles que no conocieron al Cardenal de la Transición, fallecido el 1994, es importante ahora recuperar su figura y su trayectoria en el campo de la pastoral, en la renovación conciliar y por su compromiso por una Iglesia libre e independente del poder político.
Como ha dicho el papa Francisco, «El Concilio fue una bella obra del Espíritu Santo», una obra en la cual participó, con entusiasmo, Tarancón, obispo de Solsona cuando empezó el Vaticano II y de Oviedo cuando acabó el Concilio. Por eso este libro de homenaje a Tarancón es una buena ocasión para conocer mejor la figura y la obra de este cardenal valenciano, que como escribió el P. Josep Mª Soler, Abat de Montserrat, fue «un hombre de fe, abierto a la evolución del pensamiento y a los problemas de la gente».