Existe la esperanza de que, interpelados por este dolor tan grande que vivimos, los Obispos de México tengan una “sacudida colectiva”
(Guillermo Gazanini, México).- Hace un año, justo antes del comienzo de las 96 Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano, teníamos noticia de la situación de Apatzingán y de la carta del obispo de la diócesis, Mons. Miguel Patiño Velázquez.
En esa ocasión, la denuncia de la situación de Michoacán generó una respuesta, en octubre, del Consejo de la Presidencia de la CEM para apoyar al prelado de esa diócesis con la exigencia que parece de hechura común en los comunicados de prensa de la CEM: «Solicitamos a las autoridades federales, estatales y municipales una acción pronta y eficaz ante la injusticia de los levantones, secuestros, asesinatos y cobro de cuotas que afectan al bien y la prosperidad de tantas personas y comunidades, y les pedimos estrategias para favorecer la calidad de vida de los ciudadanos y su desarrollo integral».
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