El papa Francisco exhorta, anima y orienta sobre el camino a seguir, para hacerse cada vez más una comunidad de fe que vive el Evangelio
(Paulinas).- Desde los comienzos de su ministerio como obispo de Roma, el tema del sacerdocio y de la vida consagrada ha estado, de distintos modos, siempre presente en la reflexión y la meditación del Papa Francisco.
La presente selección de discursos y homilías quiere testimoniar precisamente la constante atención de Francisco a una comunidad de fe llamada a repensarse a sí misma y a renovarse, para así poder hacerse cada vez más «pueblo de Dios» y «cuerpo de Cristo», en la pluralidad de los carismas, de los roles y funciones, todo con el fin de vivir y anunciar con autenticidad y coraje el Evangelio de siempre al hombre y a la mujer de hoy.
Lo importante para Francisco es que obispos, presbíteros, religiosas y religiosos – firmemente anclados en Cristo y guiados por el Espíritu Santo– afronten los difíciles desafíos de nuestro mundo sin desanimarse, teniendo la paciencia de escuchar, la generosidad de acoger, la capacidad de comunicar, la fraternidad de estar unidos en el compromiso de construir puentes para el diálogo y el encuentro, sin tener la presunción de ser ellos y ellas quienes cambian el mundo.
Está sobre todo para cada uno la exigencia de dar testimonio del amor y de la misericordia de Dios. Y de hacerlo con gozo en el corazón. Una vez más, pues, el papa Francisco exhorta, anima y orienta sobre el camino a seguir, para hacerse cada vez más una comunidad de fe que vive el Evangelio, en el signo de la misericordia y del perdón, de la apertura y de la acogida, de la elección preferencial por los pobres.