La labor de las Hermanitas de los Pobres se extiende por los cinco continentes
(Vicente Luis García).- «Una tarde de invierno de 1839 santa Juana Jugan acogía en su casa a una anciana ciega y paralítica, poniendo así la base de lo que sería la familia religiosa por ella fundada. Desde entonces, las Hermanitas de los Pobres, fieles al carisma de su fundadora, acogen a las personas mayores más desfavorecidas de la sociedad.»Este texto encabeza la publicidad que quince mil hogares vitorianos están recibiendo estos días en sus buzones.
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