Su nombramiento ha desencadenado una férrea campaña en la Iglesia local para impedir que Barros asuma como obispo
(Reflexión y Liberación).- El nombramiento de monseñor Juan Barros, como obispo de Osorno, ha puesto en actualidad la necesidad de tener obispos irreprochables, que sean buen ejemplo para los creyentes y que sean respetados por los no creyentes.
Los consejos del apóstol Pablo apuntan al testimonio personal del obispo que hace creíble el Evangelio que se predica, porque, nada hace más daño a la tarea de la Evangelización que el mal ejemplo de un obispo, la desconfianza de los fieles hacia el pastor y el descrédito de los no creyentes.
En Chile, después del concilio, ha habido ejemplos dolorosos de suspensión del ejercicio episcopal de algunos obispos por las razones que aconseja el apóstol Pablo. Algunos casos son más conocidos; mientras otros han pasado inadvertidos. Las sanciones se han aplicado con distinto grado de severidad.
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