En la trastienda de las mujeres bíblicas emerge otro tipo de heroicidad
(EVD).-No tiene por qué resultar extraño encontrarnos hoy a una mujer, Guadalupe Seijas, especialmente dedicada a la investigación bíblica; que combina su actividad como madre de familia, con su actividad docente como profesora titular en el Departamento de Estudios Hebreos y Arameos de la Universidad Complutense de Madrid, donde imparte clases de Hebreo Bíblico y Literatura hebrea. Su capacidad y sensibilidad bíblica le han servido para interpretar cómo han sido leídos los relatos bíblicos a través del arte.
Guadalupe Seijas ha coordinado la edición de la obra Mujeres del Antiguo Testamento: de los relatos a las imágenes, obra en la que han participado también Amparo Alba, Mónica Ann Walker y Carmen Yebra.
Presentamos a continuación una entrevista que el equipo de comunicación de EVD realiza a Guadalupe Seijas dentro del contexto de la reciente publicación.
¿Cómo surge en una filóloga el interés por el análisis iconográfico de las mujeres bíblicas?
Muchas veces la docencia nos abre senderos inesperados y plantea intereses nuevos en la propia investigación. Hace varios años se introdujo en el plan de estudios la asignatura de «Personajes bíblicos»; abierta a todos los alumnos de la Universidad Complutense de Madrid, no solo a los de la Facultad de Filología. Tuvo mucho éxito hasta el punto de que la demanda era superior a las plazas ofertadas y siempre quedaban alumnos en lista de espera. En ella se partía del personaje tal y como se presenta en la Biblia, y luego se analizaba su representación artística en la pintura, en la literatura, en la música, en el cine… Entre los temas que debía impartir se encontraban las matriarcas, que presentamos con el sugerente título de «Mujeres en la trastienda», y las heroínas bíblicas, con «Mujeres protagonistas». Así comenzó mi interés por esta línea de trabajo.
¿Qué te ha llevado a estudiar en particular el libro de Rut?
Es cierto que el libro de Rut no ha recibido mucha atención en la exégesis. Tampoco por parte de los artistas ha sido objeto del mismo interés que otras heroínas como Judit, Yael o Ester. En este breve libro de tan solo cuatro capítulos emerge otro tipo de heroicidad, enraizada en lo cotidiano. Una mujer viuda y extranjera que asume las consecuencias de acompañar a su suegra Noemí en su regreso a Belén, obligándola a asumir una difícil y precaria situación económica. Sin embargo, Rut supo manejar la incertidumbre y los riesgos derivados de su propia coherencia y lo hizo mediante la imaginación, sacando el máximo provecho a las circunstancias de su vida. Supo encontrar su sitio en un país distinto al suyo y adquirir una identidad propia, dejando de ser «la moabita» para convertirse en la bisabuela del rey David. Incertidumbre, precariedad, inseguridad son, por otra parte, realidades muy cercanas en la actual crisis económica. Por todo ello, el libro de Rut tiene plena vigencia.
En esta obra se subraya el valor de la interdisciplinaridad. A tu juicio, ¿cuál es su principal aportación?
Estoy convencida de que analizar la representación visual de estos personajes desde perspectivas distintas enriquece enormemente la tarea investigadora. Cada disciplina plantea sus propios interrogantes y, al mismo tiempo, contribuye a profundizar o esclarecer las cuestiones propuestas desde otros ámbitos de conocimiento. Es, pues, un diálogo enriquecedor y sugerente. Desde mi experiencia, creo que en trabajos de esta naturaleza se debe proceder con una adecuada combinación de audacia y prudencia. Audacia para atreverse a salir de lo conocido para adentrarse en un ámbito de conocimiento que no es el propio. Prudencia y humildad para reconocer las propias limitaciones y solicitar asesoramiento cuando es necesario.
¿A qué lectores se dirige este libro?
Dado que se abordan temas como el análisis de los textos bíblicos, la plasmación de los textos en imágenes, el papel de la mujer en las distintas épocas, la exégesis bíblica o la evolución de las ideas religiosas, la obra puede ser atractiva para un público variado, bien porque esté interesado en el aspecto religioso, en el cultural y artístico o en ambos. Los estudios de género, la historia del arte, la filología y la teología son las áreas de conocimiento desde las que se trabaja.
Una última pregunta, ¿qué destacarías de Mujeres del Antiguo Testamento?
Destacaría la variedad de enfoques. Se estudia la iconografía de distintas épocas (Edad Media, Barroco, siglo XIX), la diferentes técnicas artísticas (miniatura, grabado, óleo) y se analizan los personajes femeninos desde aproximaciones diversas. Dos capítulos se centran en una protagonista (Rut y Betsabé respectivamente); otro analiza los personajes femeninos de un determinado libro bíblico (Jueces); y un cuarto aborda las agrupaciones temáticas de mujeres («mujeres fuertes«). A través de esta diversidad se muestra cómo estas mujeres han sido valoradas en cada época, en función de la mentalidad y preocupaciones de sus contemporáneos, de la interpretación que se hacía de los textos y de las cualidades que se querían destacar en las mujeres. Es llamativo, por ejemplo, que en estas heroínas se destaquen virtudes asociadas a la Virgen María o al ámbito doméstico. En cambio, su iniciativa y capacidad de decisión quedan en el olvido, silenciando un protagonismo decisivo en el desarrollo de los relatos. En otras palabras, la lectura, exégesis y representación de los textos no es idéntica, porque los lectores y receptores cambian, al igual que las claves interpretativas.