Ha defendido la opción de que la Iglesia se deshaga de gran parte de sus bienes para ayudar a los desfavorecidos
El jesuita alemán Martin Maier, doctor en teología, escritor y experto en la teología de la liberación, defiende que el reto de la Iglesia en el siglo XXI es el de «reaccionar ante las injusticias» y ayudar a las personas «en situación de pobreza, desfavorecidas y marginadas».
En una entrevista con Efe, Martin Maier (Messkirch, 1960) ha subrayado que el papel de la religión y la Iglesia católica no es el de «hacer política» ni sustituir a los gobernantes, pero exige «una reflexión teológica» sobre la realidad y la sociedad para «juzgar» los proyectos políticos y las consecuencias que tienen para las personas en situación de pobreza.
Maier, que es secretario para los Asuntos Europeos del Jesuit European Social Centre de Bruselas, está de visita en Barcelona para participar en actos de recuerdo del obispo Óscar Romero, asesinado hace 35 años en El Salvador mientras oficiaba una misa.
Óscar Romero ha sido desde entonces el mártir que ha representado la teología de la liberación, una rama teológica nacida en América Latina que defiende «en un 90 % la opción de servir a los pobres contribuyendo a que el mundo sea un poco más humano y más justo», ha apuntado Maier.
El teólogo ha señalado que el reto de la Iglesia católica en América Latina «es el crecimiento de las iglesias neopentecostales protestantes, que cada vez ganan más adeptos al ofrecer prácticas que no ofrece la Iglesia católica, como permitir predicar a los laicos y que puedan tomar palabra«, ha apuntado.
Aún así, Maier recuerda que la Iglesia católica en América Latina sigue siendo la comunidad religiosa más grande e importante del mundo al reunir un 50 % de comunidad cristiana, por lo que según Maier los católicos latinos «tienen un peso muy importante y se debe tener en cuenta».
Maier, que vivió en El Salvador y es un gran conocedor del legado de monseñor Romero, ha defendido la opción de que la Iglesia se deshaga de gran parte de sus bienes para ayudar y defender a los más desfavorecidos.
El también escritor ha puesto el ejemplo del Papa para apoyar esta tesis, ya que Francisco representa una «expresión simbólica» de lo que es la opción eclesiástica «para los pobres» en la Iglesia católica del siglo XXI.
«No hace falta que el Santo Padre viaje en un coche de lujo. Decente sí, pero no de lujo. De hecho, su decisión de alojarse en la modesta Casa de Santa Marta y no en el Palacio Apostólico del Vaticano ya dice mucho de su forma de entender la religión católica», ha indicado el teólogo alemán.
«El Papa no se ha pronunciado explícitamente sobre la teoría de la liberación -ha objetado el jesuita-, pero es cierto que quiere poner en el centro de la Iglesia a los pobres y los desamparados, y con eso asume un elemento esencial de la teología de la liberación».
El Pacto de las Catacumbas de Santa Domitila de 1965, firmado por cerca de 500 obispos y en el que participó el obispo Bergoglio hace 50 años, es otro ejemplo de esta tendencia que la Iglesia católica ha adoptado con el Papa Francisco.
Pero pese a reconocer que la teología de la liberación tuvo mucho impacto en sus inicios, especialmente en América del Sur, Maier ha rechazado las voces que dicen que con la caída del Muro de Berlín se acabó con esta teología por su ideología próxima al marxismo.
«El marxismo puede ser entendido como una ideología, pero también como una escuela de análisis social«, ha corregido Maier.
«Estamos en una Europa donde una quinta parte de la población vive en la pobreza y muchas familias tienen que sobrevivir con menos del 60 % de la media», ha señalado el experto, que ha pedido que la Iglesia «no se tome esta situación a la ligera y sea capaz de reaccionar y denunciar el problema».
Maier aboga por la colaboración entre la Iglesia y la sociedad para una reforma conjunta, y ha recordado que el Papa también critica el sistema global social cuando afirmó que vive «en un mundo donde triunfa la economía que mata».
(RD/Agencias)