Caritas necesita cada vez más dinero para atender a las legiones de víctimas del capitalismo salvaje que buscan su ayuda
(Ramón Baltar).- Los gestores de Caritas piden en una campaña publicitaria que al cubrir el formulario de la declaración de la renta no nos olvidemos de marcar la cruz en la casilla de la Iglesia Católica y también en la de Otros Fines Sociales. Vivir para ver: cuando el Gobierno decidió poner las dos opciones, nuestro episcopado levantó el grito hasta el cielo.
Inesperado cambio de tocata para el que cabe apuntar una explicación: Caritas necesita cada vez más dinero para atender a las legiones de víctimas del capitalismo salvaje que buscan su ayuda, con la finalidad de que la Iglesia pueda alardear ante la sociedad de ser la mayor obra benéfica del país y así recuperar el crédito perdido por sus prevaricaciones. Desatienden el precepto evangélico de que no sepa la zurda lo que larga la diestra, y se vuelven especuladores de la solidaridad.
Este planteamiento presenta una quiebra: la Iglesia simula desconocer que para sus actividades benéficas de donde más financiación recibe es de las Administraciones Públicas. Lo que crea una dependencia del Estado que le quita autoridad moral para desempeñar el papel de instancia crítica y denunciar sus limitaciones y abusos criminales: el que pone la pasta espera devolución del favor en forma de apoyo expreso o de silencio obsecuente, según plaza. Ciertas coberturas éticas manchan el nombre de la Iglesia.
Se le ve el plumero a la petición de que se marque también la otra casilla pretende mejorar la segunda fuente de ingresos, porque Caritas como otras ONGs de la Iglesia entra en el reparto de lo recaudado por este concepto. Las almas cándidas lo aprobarán por aquello de que los designios divinos hacen inevitables ciertas mediaciones terrenales de dudosa pureza, los espíritus exigentes se ruborizarán.
La Iglesia hace un gran servicio a la sociedad cuando sus instituciones miran por las víctimas de la exclusión, sin tacha si cursara con un mayor compromiso en la lucha contra sus causas. El Reino será de Justicia y no lo parirá la sola caridad.
