El Padre Ángel habló de cuando Francisco solo era un chico que viajaba con él en autobús por las calles de Buenos Aires
(David Vázquez Baciero).-Ayer miércoles a las 20:30, con media ciudad sumida en la vorágine futbolística a causa del enfrentamiento europeo entre los dos grande clubes de la capital, los Salesianos de Atocha abrieron las puertas de su amplio teatro para dar cobijo a la presentación de Don Bosco hoy, libro en el que el periodista Ángel Expósito, director de informativos de la cadena COPE, entrevista al padre D. Ángel Artime.
La publicación no podría ser más oportuna, no solo porque nos encontremos en el bicentenario del nacimiento del Padre fundador de los Salesianos, sino porque se propone traer a colación la figura de un hombre transgresor y revolucionario como fue Juan Bosco para reflexionar en torno a algunos aspectos de la sociedad en que vivimos.
¿Qué pensaría Don Bosco de nuestra sociedad de consumo? ¿Y del mundo globalizado? ¿Se pondría de parte de quienes cifran todos los males de la educación en la falta de leyes que den más autoridad a los docentes o, por el contrario, encontraríamos en Don Bosco a un firme defensor del concepto de Escuela 2.0? Las respuestas a estas y otras muchas preguntas a buen seguro que despertarán el interés tanto de la comunidad salesiana como de quienes, movidos por la curiosidad, se acerquen por primera vez para saber algo más de ese curita italiano del siglo antepasado que creyó en los jóvenes apartados por la sociedad en los que no creía nadie más y que nos dejó en herencia lo que hoy conocemos como Sistema Preventivo.
Felices coincidencias
Quien crea que este libro nace de horas de concienzudo análisis en torno a los pormenores editoriales, las posibilidades expresivas del autor y el nicho de mercado no conoce el producto que tiene entre manos. Antes que todo eso, da la sensación de que la publicación viene impulsada por el mismo espíritu espontáneo, emprendedor y aventurero que el hombre a quien se consagra. Carmen Magallón, presidenta de Romana Editorial y a la sazón editoria del volumen, explicó con naturalidad que su origen hay que buscarlo en un encuentro casual que tuvo con el Rector Mayor de la congregación salesiana en un aeropuerto.
Allí, relataba, abordó a Ángel Artime con la firme intención de proponerle una idea que llevaba un tiempo rondándole la cabeza: un libro articulado bajo la forma de una larga entrevista que explorase la figura de Don Bosco para descubrirnos la actualidad de su mensaje. Tras vencer alguna lógica resistencia, el Padre Ángel accedió encantado, puede que pensando en que, como él mismo adelantó en agosto del pasado año, hasta el mismo Papa Francisco I se proponga reivindicar su figura a través de una encíclica.
Por lo demás, el libro se compone de doce capítulos en los que bajo la forma de entrevista se van horadando doce temas clave que van desde la importancia del desarrollo de su obra del pobre barrio de Valdocco hasta el propio Sistema Preventivo que le hizo célebre. Además, el libro cuenta con una extensa ficha de documentación para colmar las expectativas de quien desee profundizar en su conocimiento sobre Don Bosco y dos extensos reportajes fotográficos que recogen imágenes de la labor salesiana tanto en los primeros años de la congregación como en la actualidad, momento en el que, siguiendo la estela de su fundador, la congregación sigue llevando a cabo un trabajo encomiable con jóvenes de 132 países. Tal vez éste haya sido un factor decisivo para que el libro se publique primero en español e italiano, pero que también se prevean ediciones en francés, inglés, croata y alemán.
«En el tema de la inmigración las dosis de hipocresía son importantes»
Acto seguido tomó la palabra Ángel Expósito, que lo primero que hizo fue restar mérito a su trabajo y poner a su entrevistado en el centro de la atención: «El padre Ángel de mí no ha podido aprender absolutamente nada. Yo lo he tenido chupado porque lo mío era poner la grabadora y tirar hacia adelante».
A continuación se reprodujo ante los asistentes a pequeña escala el hilo conductor del libro, dado que Ángel Expósito, tirando de la raza periodística que ha caracterizado siempre su labor tanto en Radio Nacional como ahora en la dirección de los informativos de la COPE y en el programa La mañana de la COPE, dio con la pregunta para el Padre Ángel que nos proporcionó el mejor momento de la presentación.
Expósito, recién llegado de Sicilia y, por tanto, testigo de excepción de la tragedia que supone la desaparición de más de 900 inmigrantes en las costas del sur de Italia, quiso saber el parecer del Padre Ángel sobre estos acontecimientos. El Rector Mayor, lejos de dar cualquier concesión a una respuesta tibia, optó por responder con la contundencia que merece un suceso de tales magnitudes: «Es tal el drama que no basta con la buena voluntad. Son macroproblemas de Estado. El ébola solo nos ha interesado cuando nos ha afectado a un par de nosotros. En el tema de la inmigración las dosis de hipocresía son importantes». Es la respuesta de un sucesor de Don Bosco.
El propio Padre Ángel fue por otro lado el encargado de endulzar el trago amargo con un par de anécdotas de cuando Francisco solo era Bergoglio, un chico que viajaba con él en autobús por las calles de Buenos Aires. En una relataba uno de sus últimos encuentros, recién nombrado Rector Mayor. Cuando el Papa, con el trato familiar que se dispensa a los antiguos amigos, le preguntaba: «Gallego, ¡pero qué te han hecho!». No deja de ser curioso viniendo del hombre que ha decidido cargar sobre sus hombros con todo el peso de la renovación de la Iglesia.
Monseñor Don Carlos Osoro, con la juventud de hoy
El encargado de cerrar el acto fue Monseñor D. Carlos Osoro, que habló con tranquilidad y convicción, cualidades que no le están faltando desde que fue nombrado arzobispo en detrimento de Monseñor Rouco Varela. Su intervención dejó muchas reflexiones dignas de recuerdo, como la que sigue: «Don Bosco apuesta por los jóvenes hoy, que tienen el mismo corazón que aquellos descartados de la sociedad que Don Bosco pudo rescatar«.
Es interesante que el arzobispo, recogiendo el guante lanzado por Ángel Artime y Ángel Expósito, fuese quien estableciese la más clara analogía entre la realidad que vivió Don Bosco y la que vivimos. En efecto, por muchos cambios que se produzcan, el corazón de los jóvenes, como el de los hombres, siempre es el mismo. No hay por tanto motivo para pensar que una doctrina basada en el amor y la fe no sirvan para tener esperanza en un mundo convulso, cierto, pero no más de lo que ya lo era hace dos siglos.