Juan Rubio Fernández

Esperanza Aguirre no quiere pobres ni en los cajeros de Bankia

"Católica liberal de viejo cuño, sigue siendo personaje galdosiano"

Esperanza Aguirre no quiere pobres ni en los cajeros de Bankia
Juan Rubio, columnista

Ya surcan cohetes electorales en el azul cielo hispano: todo listo para la romería del 24 de mayo

(Juan Rubio Fernández).-Ya surcan cohetes electorales en el azul cielo hispano, se preparan caravanas, se imprimen carteles con caras, unas más duras que otras. Sonríen, besan y abrazan los candidatos. Algunos se frotarán después con jabón por si algo se les pega. Todo listo para la romería del 24 de mayo. Miedo me da cuando, con esa euforia que da la masa, se saltan el guión preparado por su community manager y gritan lo que no deben, olvidando que el lenguaje no solo es funda del pensamiento, sino pensamiento mismo.

A la incombustible Esperanza Aguirre, Condesa y Grande de España, se le desató la boca proyectando limpiar Madrid de «mendigos, pobres, vagos y maleantes», olvidando los artículos 35 y 47 de la Constitución Española. Pero a esta señora de cara sonriente cual pieza de Museo de Cera, le da todo igual todo. Ya recuerdan cuando, al ir a sacar dinero de un cajero de Bankia ( ¡ Oh lá lá ¡) en Gran Vía-Callao, al ser multada por aparcar mal y ser requerida por los agentes, se dio a la fuga. Quizás viera un mendigo en el cajero, único sitio en donde los dejan dormir entre cartones.

Y es que a ciertos personajes públicos cuando les sale el segundo apellido, hay que temerles. Y a la «ex», le salió el Gil de Biedma, como cuando a Fraga le salía el Iribarne o a Javier Arenas el Bocanegraca, católica liberal de viejo cuño, sigue siendo personaje galdosiano. En «Misericordia», el novelista canario empieza diciendo: «Dos caras, como algunas personas, tiene la parroquia de San Sebastián…mejor decir, la iglesia…dos caras más graciosas que bonitas. Con la una mira los barrios bajos, por la calle Cañizares; con la otra, al señorío mercantil de la Plaza del Ángel». Y cuenta cómo es más concurrida la del Norte, en donde no hay mendigos, que la del Sur, en donde tantos esperan la limosna que lava conciencias. Galdós concluye: «pero, como no entren por el tejado, en las dos hay mendigos». Pero este gesto no es solo patente de la ex presidenta. Gallardón mandó de excursión a la Sierra de Guadarrama a los mendigos durante la visita del Papa para la JMJ-2011.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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