Ya no confiamos en los obispos chilenos porque no se la juegan por la verdad y la dignidad en la diócesis
(RyL).-Han pasado seis semanas desde que Juan Barros asumió como obispo de Osorno y varios laicos y laicas de esa ciudad siguen buscando que renuncie a su cargo. Lejos de extinguirse, dicen que toma más fuerza el rechazo que se expresó con más fuerza el 21 de marzo, cuando en una misa llena de incidentes el obispo asumió su cargo en la Catedral.
El movimiento partió el 18 de enero en la parroquia Sagrado Corazón. «En la misa, el padre Pedro Kliegel planteó a los feligreses su inquietud y dijo que escribiría una carta», cuenta Felipe Navarrete, uno de los voceros de los laicos. Desde ahí hasta ahora el número de adherentes creció, aseguran. Para esta noche convocaron una vigilia ante la catedral y para el 14 de mayo, una nueva misa, la segunda ceremonia religiosa a propósito del obispo.
El 22 de abril más de 800 fieles -que rechazan a monseñor– se reunieron en un primer servicio. Y cada vigilia frente a la catedral, como las del viernes 24 y el miércoles 29 de abril, asisten más de 200 personas, asegura Navarrete. En total, hasta ahora son 15 actos entre marchas, misas y vigilias para mostrar que no quieren que Barros siga en Osorno por sus lazos con el castigado Fernando Karadima, dice Mario Vargas, otro de los voceros del movimiento de laicos.
Navarrete, en tanto, cuenta que han recibido «asesoría de diversas personas, de expertos canónicos, que de modo voluntario se interesaron en la causa de la comunidad eclesial. Pero las decisiones las tomamos nosotros». Dice que reflexionaron sobre las vías sugeridas por el obispo emérito de Ancud y miembro del tribunal eclesiástico de Santiago, Juan Luis Ysern: que Barros renuncie según el «canon 401» del Código Canónico, porque su capacidad estaría «disminuida»; o elevar un informe al Papa y que se designe un visitador o una comisión que vea si hay motivo para pedir la renuncia.
Reunión pendiente
En un principio, analizaron hallar un experto en derecho canónico que les ayudara con este último camino. Pero -cuenta Navarrete- «la posibilidad de un visitador apostólico la rechazamos estos días, porque no confiamos en un proceso de la jerarquía que la misma ha viciado en el último tiempo». Dijo que «ya no confiamos en los obispos chilenos porque no se la juegan por la verdad y la dignidad de las personas. Muchos velan por sus intereses. Esperamos poder reunirnos con Barros y solicitarle que no siga dividiendo a los fieles, sacerdotes y religiosas de Osorno».
Hasta ahora no han podido concretar la reunión. Hubo un intento hace tres semanas, pero fracasó porque juzgaron que la presencia de carabineros no daba garantías. Kliegel iba a ser garante de la cita. Este último también esperó sin éxito un pronunciamiento del obispo en la reunión del clero.
Según Navarrete, una dificultad extra es que «nadie sabe dónde está el obispo. Además, pusieron una cámara a la salida de la catedral. Eso no se espera de un pastor«. Desde el Obispado dicen que ese aparato es un proyecto aprobado por la parroquia San Mateo-Catedral «antes de la llegada de monseñor Barros».
Los laicos también se autoconvocaron para ir el sábado 25 de abril a ver la película El Bosque de Karadima. Consiguieron una entrada rebajada a $ 2.000 (el precio normal era de $ 2.500). Según ha dicho el director de la cinta, Matías Lira, en la trama «hay un personaje que interpreta al señor Barros, que se encarga de manipular las conciencias de algunas de las víctimas y sus familias, para que no puedan perjudicar al sacerdote principal», según dijo en el portal Soy Osorno. La película sigue en exhibición en dos salas y el miércoles 13 de mayo decidirán si continúa en cartelera.
Casi la única vez que han tomado «contacto» con el obispo fue el 26 de abril en la parroquia El Buen Pastor (sector Ovejería). Al llegar ahí para confirmar a 29 feligreses, monseñor Barros encontró unas 30 personas que gritaban contra él. Tras la ceremonia eludió el contacto con ellos. El lugar lo vigilaban tres carabineros. Desde que llegó hasta que se retiró, los protestantes estuvieron afuera cantando, todo amplificado con un parlante. «Te dimos la oportunidad de que renunciaras, y no quisiste. Vamos a convertirnos en tu sombra. Iremos donde tú vayas», decía Vargas en un micrófono.
Respaldo al prelado
Pese a todo, la parroquia El Buen Pastor estaba llena y los fieles permanecieron junto al obispo. Uno de ellos, Mónica Rodríguez, dijo rechazar el movimiento. «Ellos han venido aquí a interrumpir un momento personal, íntimo, de contacto entre los que se confirman y Dios. Eso no se puede aceptar. Y todo porque rechazan al obispo. No se trata de estar a favor o en contra de él, sino de que este es el pastor que nos nombró el Papa Francisco y es una decisión que respetamos», dijo.
En tanto, la asistencia a la catedral no ha descendido. La señora Anita (prefiere no dar su nombre completo) asegura que se ha reunido dos veces con monseñor, que éste le preguntó por la olla solidaria que hace en Rahue (un sector popular) y que ha estado en muchas comunidades.
Otro tema es dónde está viviendo Barros. A Claudia Bascur, feligresa de Santa Rosa de Lima, le duele que esté hospedado en el Colegio Santa Marta, no en la residencia obispal. «Apuesto a que los apoderados ni saben que está ahí», dice.
«La Segunda» pidió el viernes 24 una entrevista con Barros pero se indicó que no estaba en la diócesis y sólo él sabe a qué misa asistirá. A través de un correo se explicó que la casa donde reside Barros es la misma que han ocupado otros obispos, pero que se le están haciendo algunos arreglos. Afirman que se trasladará allí después, y que por mientras ha sido acogido por una comunidad religiosa.
El obispo respondió algunas preguntas el domingo 26 en El Buen Pastor. «Es una pena que no se respete la fe. Esta comunidad se ha preparado años para este momento. Si alguien tiene una opinión diferente, no debe expresarla cuando la comunidad está en misa», se quejó. Y a la preguntá de si cree deber renunciar, el obispo contestó: «He dicho que un obispo está enviado por el Papa. No me tomé solo el pasaje para Osorno. Es el Papa quien designa a un obispo y estoy aquí queriendo ser fiel, queriendo ser obediente a ese deseo del Papa, que sea pastor en la Diócesis de Osorno. Con el favor de Dios y la Virgen Santísima tengo que cumplir mi deber».