La familia es una realidad que interesa a todas las personas porque todos formamos parte de una familia
«Hay matrimonios que no consiguen ser una comunidad de vida y amor y sufren la separación y la creación de otras uniones. La Iglesia es también Madre para todas estas familias y las acoge y nos pide acogerlas como ya nos lo pedía el Papa Juan Pablo II». El cardenal de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, abogó por una apertura a los separdos y divorciados durante la catequesis pronunciada tras el concierto «Il grande Mistero», celebrado anoche en la Sagrada Familia y que contó con la actuación de Andrea Bocelli.
Par Sistach, la familia es un «factor decisivo de cohesión social» y como «el centro natural de la vida humana». El cardenal, como presidente del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, ha sido el anfitrión del acto «El gran misterio. El evangelio de la Familia«, junto con el presidente del Pontificio Consejo para la Familia, el arzobispo Vincenzo Paglia y el tenor italiano Andrea Bocelli.
En su discurso, Martínez Sistach ha calificado al templo de la Sagrada Familia como «la catedral de Europa» y ha dicho: «hoy estamos haciendo realidad con este acto, el sueño que Antoni Gaudí tenía sobre su gran obra. El quería que fuera un templo-mensaje, un kerygma, un anuncio claro del amor de Dios a cada persona concreta. Por eso sacó los retablos al exterior».
«La familia es una realidad que interesa a todas las personas porque todos formamos parte de una familia«, ha destacado el prelado, que ha recordado que el Concilio Vaticano II ya afirmó que «el bienestar de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligado con una feliz situación de la comunidad conyugal y familiar».
«La humanidad se juega mucho con la familia», ha advertido Sistach, quien ha aseverado que «esta sociedad del bienestar sólo podemos conseguirla si las familias gozan de estabilidad y de armonía. Entre otras razones porque con las familias desestabilizadas la sociedad no dispone de medios económicos suficientes para conseguir aquel bienestar y porque sustituir el amor de los padres es casi imposible».
Monseñor Sistach ha indicado que «la Constitución de nuestro país establece que los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia».
«¿Es esto cierto en la práctica? La respuesta sobre todo de los matrimonios jóvenes, de las familias trabajadoras y de las familias numerosas sería que se sienten desprotegidas», ha contestado el cardenal.
Para Martínez Sisctah, «hay una presión cultural y moral en la cual la familia se ve diariamente sometida en los medios de comunicación social. La misma crisis económica demuestra una vez más que la familia es un cojín de resistencia y que es también un factor decisivo de la cohesión social».
Tras destacar que «los abuelos y las abuelas realizan hoy un servicio muy valioso a los hijos casados y a los nietos», Martínez Sistach ha criticado que «el clima que se respira en nuestra sociedad no une siempre el amor y la sexualidad. Y este es el aire que respiran los jóvenes, que son los que construirán nuevas familias».
Por eso, ha llamado a «trabajar por las virtudes y los valores humanos y cristianos en la formación de los adolescentes y jóvenes».
(RD/Agencias)