Vicent Enrique Tarancon fue ordenado presbítero en Salvador de Borriana
(Josep Miquel Bausset).- Hoy, día 16 de junio, se cumplieron dos años desde que la iglesia del Salvador de Borriana celebró, con alegría, la concesión del título de Basílica Menor.
El 17 de mayo de 2013, fiesta de San Pascual, patrono de la diócesis de Sogorb-Castelló, el obispo Casimiro López daba a conocer el documento de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, con el cual se otorgaba el título de Basílica Menor, al tempo parroquial del Salvador de Borriana. Así, la nueva Basílica del Salvador se unía en la alabanza y en la acción de gracias a las otras tres basílicas del obispado de Sogorb-Castelló: San Pascual en Vila-real, el Lledó en Castelló y la catedral de Segorbe.
En la Eucaristía del domingo 16 de junio de hace dos años, la comunidad cristiana del Salvador celebró con alegría el título de Basílica Menor para este temple, que a partir de ese día, ha pasado a tener un vínculo especial con la Iglesia de Roma y con su obispo, el papa Francisco.
La nueva basílica de Borriana, como ha declarado José Ramón Calpe, alcalde de la ciudad, «es la primera parroquia del nuevo Reino cristiano de València y la primera que el rey Jaime I ordenó construir». Restaurada con motivo de la exposición La Llum de les Imatges, la iglesia del Salvador presenta una gran belleza, con un ábside gótico precioso.
La ciudad de Borriana fue conquistada por el rey Jaume I el 16 de julio de 1233, quien enseguida encargó a la orden de San Juan del Hospital, la construcción de un templo que conmemorara la primera gran victoria del monarca en tierras valencianas.
Con un ábside del siglo XIII, el templo tiene una cubierta de crucero nervado.
Durante el segundo tercio del siglo XIV fue construido su torre campanario y durante en el XVIII, a la nave se le adosó la capilla de la comunión. El templo de gran belleza arquitectónica, fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional.
La concesión del título de Basílica Menor a la iglesia del Salvador, conlleva para la comunidad cristiana, una profundización en la vida de fe, en la formación litúrgica, en el estudio y divulgación de los documentos de la Santa Sede, en la celebración de la Eucaristía y de la Liturgia de las Horas, así como también la celebración solemne de los tiempos litúrgicos de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua. De la misma manera y a partir del 16 de junio de 2013, y por la comunión existente entre esta nueva basílica y la Santa Sede, se celebrarán con mayor relieve, las fiestas de la Cátedra de San Pedro, el 22 de febrero, de los Apóstoles Pedro y Pablo, así como también el aniversario de la elección y del inicio del ministerio petrino, del sucesor de San Pedro.
La comunidad cristiana del Salvador como basílica, ha de redescubrir que en la Iglesia, como ha dicho el P. Abad de Montserrat Josep Mª Soler, «Jesús se encuentra con los hombres y las mujeres y les deja sentir su palabra, los llama a la conversión, los invita a la mesa de la Eucaristía, les llena de alegría de su presencia y los enseña a amar sin límites».
Cuando el 22 de noviembre de 2012 concelebré la Eucaristía en recuerdo del cardenal Tarancon, en la iglesia del Salvador, junto al párroco, Pedro Cid, los sacerdotes Antonio Losas y Pascual Lluch y el Pueblo de Dios, pude compartir la fe de una comunidad cristiana enriquecida con la oración y el testimonio del cardenal de la Transición. La nueva basílica del Salvador de Borriana, es mucho más que unas piedras venerables. Es la casa donde se reúnen los discípulos de Jesús en esta ciudad, capital de la comarca de la Plana Baixa.
El templo del siglo XIII, que a partir del 16 de junio del año pasado es la nueva basílica del Salvador de Borriana, con su comunidad hecha de piedras vivas, ha de continuar haciendo presente a Jesús, y como él, ha de continuar perdonando, curando las heridas del corazón, y transmitiendo paz y alegría, para construir así una comunidad pascual. Una comunidad de reconciliación y de acogida, donde nadie se sienta excluido. Una comunidad acogedora de verdad, abierta a todos, sin preferencias, exclusiones, ni distinciones.
Como decía el P. Abat Josep Mª Soler, la Iglesia «no es el lugar de los que se creen perfectos o se consideran puros, sino de los pecadores, de los necesitados de gracia y de consuelo, que como Zaqueo quieren dejar entrar el Señor en sus vidas, para que las purifique».
Que la nueva basílica del Salvador de Borriana, donde fue bautizado, confirmado, tomó la primera comunión y fue ordenado presbítero y obispo Vicent Enrique Tarancon, sea una casa de gracia y de bendición para los cristianos de Borriana y para toda la ciudad.