Al pensar que lo que queremos depende de Dios nos instalamos en la pura mendicidad
(Jairo del Agua)- He excedido con creces lo que pretendía. No me resisto, empero, a enunciar algunas breves observaciones sobre algunos puntos concretos:.
1) ¿Experiencia humana o sobrenatural? Me parece que hemos abusado -tal vez estemos abusando- del término «sobrenatural». Esto tiene, como mínimo, tres consecuencias perniciosas:
a) La escasa valoración e incluso desprecio de la obra de Dios: la naturaleza humana. Y, en consecuencia, de los que llamamos «alejados» o «distintos». Ellos no participan de lo «sobrenatural», son solo «naturales». ¡Enorme error y soberbia!
b) La desmotivación de los fieles que consideran inalcanzable el Camino por ser superior a sus fuerzas naturales. Algo en lo que se ha exagerado demasiado.
c) El traspaso de la responsabilidad personal a Dios: Como es sobrenatural lo que pretendo, depende de Él, yo sólo puedo pedir. Y nos instalamos, consciente o inconscientemente, en la pura mendicidad. Cuando somos hijos y herederos con un «poder delegado» incalculable.
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