Me temo que ahora a la necedad y egoísmo de la clase política, venga a unirse la necedad en el ámbito intraeclesial
(José Alegre, abad de Poblet).- El padre de la Orden cisterciense, San Bernardo, luchó en su tiempo contra la separación de una racionalidad objetivante de la corriente de espiritualidad eclesial. Nuestra situación actual, aun siendo diversa, tiene notables semejanzas. (Benedicto XVI, Discurso en Heiligenkreuz, 9.9.2007)
También hoy nos movemos en una tensión semejante entre una racionalidad, un razonar todo y la pérdida de una espiritualidad eclesial, que requiere prescindir en ocasiones de apoyos racionales.
San Bernardo vivió una espiritualidad eclesial haciendo que la orden del Cister arraigase en la sociedad europea con toda una red de monasterios y un fiel servicio a la vida de la Iglesia.
Todos estos valores vividos en tiempos de san Bernardo se han difuminado y Europa entra en una difícil contradicción que le llevo a decir a Benedicto XVI:
Europa, justo en esta hora de su máximo éxito, parece haberse vaciado por dentro, paralizada en cierto sentido por una crisis de su sistema circulatorio, una crisis que pone en riesgo su vida, dependiendo por así decirlo, de trasplantes, que sin embargo no pueden eliminar su identidad. A esta disminución interior de las fuerzas espirituales importantes corresponde el hecho de que también étnicamente Europa parece que recorre el camino de la desaparición. (Discurso en la Biblioteca Senado Italia, 27.5.2005)
Recientemente un político afirmaba, en un medio de comunicación, que Europa está perdiendo sus raíces. Fácilmente recogen los mass-media estas intervenciones que no son nuevas, y que frecuentemente tienen un corte económico. Ya hace varios años Juan Pablo II pedía a Europa, desde Santiago de Compostela, que volviera a sus raíces. Ahora, más recientemente estas palabras de Benedicto XVI. Pero cuando la necedad se apodera de la vida política se menosprecia, o simplemente se desprecia la opinión de una voz religiosa, que por otra parte no quiere limitarse a una visión estrictamente religiosa.
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