No se pueden estar echando la pelota el uno al otro mientras la gente aquí no se muere de frío o hambre, se muere de desesperanza, que es peor
El Padre Ángel, presidente de la ONG Mensajeros de la Paz, ha pedido «de rodillas» desde Hungría tanto a gobiernos como a las autoridades y la comunidad internacional que «aceleren el proceso» sobre la acogida de refugiados ya que el escenario en el país es «estremecedor». Así lo ha declarado en conversación telefónica con Europa Press.
El sacerdote ha viajado a Hungría para ayudar a los refugiados que allí se encuentran a la espera de coger un tren para Alemania o para otros destinos y para «pedir de rodillas» a las autoridades que «aceleren el proceso«. «No se pueden estar echando la pelota el uno al otro mientras la gente aquí no se muere de frío o hambre, se muere de desesperanza, que es peor», sentencia el sacerdote.
Asimismo, ha denunciado la «desorganización» que hay actualmente en Hungría con la crisis humanitaria de los refugiados y califica la situación de «película». «Hay mucha desorganización, no hay autoridades, no hay un altavoz«, ha declarado.
«No es posible que no se vean autoridades aquí, en Budapest, intentando ayudar a la gente y poner un poco de orden, no es posible que sea verdad lo que hemos visto porque esto parece mas una película que la realidad» –señala el sacerdote– «Lo que hay es un éxodo de esos que de niños habíamos visto en películas, solo que esta vez sufriéndolo».
Así, el Padre Ángel explica que había mujeres con niños pequeños llorando, pasando noches frías en el campamento y porque ha visto centenares de personas intentando escapar en trenes en los que no hay plazas. Según expresa, hay diez o doce vagones de tren, pero solamente uno es para los refugiados, los demás son para turistas, con lo que «da la sensación de que uno es para animales y otro es para personas».
Concretamente, tal y como explica, su viaje al país ha consistido en brindar ayuda a los refugiados para que se sacasen un billete de tren, así como ayudar a las personas que están en comedores sociales
y colaborar con pequeñas ONG que hay en Hungría, ya que el gobierno húngaro todavía no ha autorizado a las grandes organizaciones. El Padre Ángel señala que la ayuda está siendo posible gracias a la actuación de voluntarios y de «gente del pueblo, de la sociedad, normal y corriente», que les traen a los refugiados ropa, mantas o leche.
El Padre también explica que en Hungría se ha reunido con autoridades, como es el caso del embajador de España, para ofrecerse como «posibilidad» de que Mensajeros de la Paz está «al servicio del gobierno de España» para que, cuando el gobierno dé luz verde sobre la acogida de refugiados, puedan llevarse a algunos a España, donde les esperan 128 familias que les ofrecerán su casa.
En este sentido, afirma que aún están esperando a que Europa dicte las pautas sobre esta situación y denuncia que «ya no se puede esperar más» y que las reuniones que están llevando a cabo los gobernantes europeos «no se pueden hacer ya más en despachos». Así, insta a los gobernantes a ir a Hungría, ya sea a la estación de tren o a una acampada, porque «seguro que se moverían con más rapidez» y porque se trata de «una emergencia».
Para el sacerdote, la actuación europea frente a esta crisis humanitaria es de «vergüenza». «¿Se necesitan más niños que se mueran en la playa?«, se pregunta el Padre Ángel, quien, por otro lado, agradece a la presión social, así como a los medios de comunicación la importancia de su labor porque «han sido capaces de hacer vibrar a las autoridades». «Tenemos posibilidad, capacidad, dinero, lo único que falta es voluntad política«, ha añadido.
Así, el sacerdote confía en que las autoridades europeas, sobre todo las españolas, lleven a cabo lo dicho, como es el caso de las declaraciones que realizaron el Primer Ministro de Reino Unido, James Cameron, y el presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, en la rueda de prensa que dieron juntos el pasado viernes 4 de septiembre.
«Esto es una verdadera preciosidad, oír eso, y estoy convencido de que se hará», afirma el Padre. «Nuestros gobernantes tienen unas piernas, unos brazos y un corazón, y son personas tan humanas como somos nosotros», sostiene. Por último, el Padre Ángel es optimista: «en medio de estos desastres lo que brilla siempre es la solidaridad, brillan las buenas personas».
(RD/Ep)