Antonio Aradillas

En desacuerdo con Monseñor

"Lo que precisan los matrimonios en conflicto es la aceptación"

En desacuerdo con Monseñor
Antonio Aradillas, columnista

Las ilegalidades sucedidas en Gabón y en Brooklyn se sabían en Madrid

(Antonio Aradillas).- Aludido de alguna manera por Monseñor Don Luis Gutiérrez, en su reciente comentario en RD sobre el «Motu Proprio» del Papa Francisco en relación con las nulidades- anulaciones matrimoniales, me siento obligado a redactar las siguientes consideraciones:

. En el otoño del año 1975 publiqué un libro titulado «Proceso a los Tribunales Eclesiásticos», que en literal referencia con los informadores de los medios de comunicación social de entonces, constituía «la acusación frontal y decidida de un sacerdote contra el conjunto, que no la totalidad, de las personas, también sacerdotes, a las que se les había encomendado el designio de reformar tanto el procedimiento, cuanto los modos, maneras, actitudes y mentalidades de la justicia bajo los auspicios del Cardenal de Madrid».

A petición del pleno de los jueces de este Arzobispado, el libro fue secuestrado, dictaminando el sobreseimiento del mismo el juzgado decano de Instrucción, especial para los delitos de prensa e imprenta, «por no entrañar el texto una lesión pública y grave contra los Tribunales Eclesiásticos, como instituciones de la Iglesia Católica, subsistente el Concordato que a esta protegen y por la pretensa falsedad de las acusaciones contenidas contra aquellos en el libro, siendo ciertos los hechos, y porque el descubrirlos públicamente no fue un móvil deshonesto en el «ánimus» del acusador, sino al contrario, el medio del que este se quiso valer para clarificar, y no para desprestigiar, a la Iglesia, en un saludable intento de corregir los vicios humanos de la Institución».

. Los medios de comunicación volvieron a acaparar relevantes espacios con la siguiente noticia distribuida por las agencias de prensa el día 14 de enero de 1982: «El periodista Antonio Aradillas ha sido absuelto por la Audiencia Provincial de Madrid del delito de injurias que se le imputaba en querella formulada por el notario del Tribunal Eclesiástico de Madrid, R.L. La querella estaba basada en la información del periodista de que dicho notario había percibido una cantidad extra de dinero, como precio de la rápida concesión de una sentencia de separación.»

La sentencia declara probado que el dinero le fue entregado al notario por conducto no oficial y de que este lo retuvo en su poder, habiéndolo entregado al Obispado con posterioridad a la fecha de la publicación de la noticia».

. Ah, pero ¿en los Tribunales Eclesiásticos de Madrid, tal y como reconoce el articulista Monseñor, experto en la materia, se tenían referencias pormenorizadas de las ilegítimas concesiones de nulidades en lugares tan remotos como Gabón y República Centro-africana, a los que yo añadí en mis informaciones otras curias en las que ejercían de «notarias» las monjas, quienes, a cuenta de su actividad «canónica», percibían cantidades notables «para las misiones», así como estaban al corriente también los Tribunales de Madrid, de las pingües tramitaciones cursadas en Brooklyn, de las que yo mismo aporté el dato de que en algunas de sus causas, los clientes -sí, los clientes-, con aspiraciones a «anular» sus matrimonios, – con efectos civiles-, se beneficiaban de tamañas fechorías e ilegalidades, «en el nombre de Dios», previa una inversión que, entre unas cosas y otras, solía rebasar los ocho millones de las pesetas de entonces?

. Al pueblo de Dios le sigue sorprendiendo gravemente el silencio timorato y cómplice guardado por los miembros de los referidos Tribunales Eclesiásticos, más concretamente ante mi nueva y posterior denuncia, rigurosa y documentada, titulada «La Rota de las Ventas», en la que se refería que en una iglesia parroquial del barrio de las Ventas – Ciudad Lineal– madrileña, y en dependencias alquiladas, «monseñores y abogados matrimonialistas romanos, cursaban y dispensaban «nulidades» con efectos civiles. El dato de que eran tramitadas por el Vicariato de Roma «con un noventa por ciento de probabilidades de disolución del vínculo», engrosó la picaresca y sus pingües rendimientos económicos «profesionales», de manera ciertamente espectacular.

La denuncia de unos «ex contrayentes», la sensibilidad del Cardenal al frente de la archidiócesis, así como su referencia, tímida entonces, en los medios de comunicación, explicaron la clausura flagrante de la llamada «Rota de las Ventas», fraudulenta sucursal de los «Sagrados Tribunales Eclesiásticos».

. Por supuesto que no todos los jueces eclesiásticos son merecedores de descalificación. Los hay buenos. Muy buenos. Por supuesto también que algunos carecen de la debida preparación y que en su elección-nombramiento intervinieron además factores distintos de los pastorales. Y, por fin, por supuesto que son las estructuras, en este caso canónicas, las que explican e instan a admitir, o a silenciar, formas de administrar la justicia, de tal manera que la intención primordial en el encargo de determinadas misas en el formulario litúrgico de tiempos pretéritos, hacía, y hace, expresa referencia a «contra malos epíscopos» y a «contra iúdices iniquos».

. Sí, la administración de las causas de nulidad matrimoniales es un inadmisible  atentado contra la intimidad personal, la mayoría de las veces. Es también un atraco «económico». La excusa de que no son los jueces quienes las encarecen en mayor proporción, es baladí, además de ofensiva para los abogados y para todo el sector profesional, que se limitan a seguir procedimientos, normas y cánones, y que, en ocasiones, hasta ellos -los mismos jueces-, colaboraban en los referidos despachos.

. Es cierto que, en determinados casos, también «por lo pobre» fueron tramitadas ciertas causas y de estas no se hicieron eco las revistas y los noticiarios «de color». Pero, ¿es que las tasas judiciales no rozaron, o sobrepasaron, a veces, los linderos de la simonía? ¿Es que es posible vender y comprar sacramentos, con inclusión del matrimonio canónico?

. ¿De qué clase de «defensa del vínculo matrimonial» habla Mons. Don Luis Gutiérrez, hoy tan cuestionados los términos de «vínculo», «sagrado» y «matrimonial», con prevalencia a la luz de las ciencias antropológicas, de la prevalencia de los «vínculos sexuales, sociales y económicos», sobre los mismos sacramentales y religiosos? ¿Qué teólogo y canonista serio puede apostar en la actualidad por la «indisolubilidad y defensa del vínculo» sobre todas las cosas, y mantener para ello el aparato judicial de los Tribunales Eclesiásticos? ¿Ideamos unas encuestas entre los «vinculados» y publicamos en RD sus resultados?

. Más que «defensa del vínculo», lo que precisan hoy los matrimonios en conflicto, irreversible en multitud de casos, es la aceptación, la educación y medios para conferirle actividad a instrumentos tales como centros de reflexión, estudio y mediación, en un feliz intento pastoral y humano por resolver los conflictos generados por la institución y su entorno.

. Mons. Gutiérrez perdió una bella y propicia ocasión para limitarse a entonar el «por mi culpa, por mi grandísima culpa», o guardar silencio, al haber comprobado el adjetivo de «obsceno» con que el que relacioné en mi información ciertas «sentencias eclesiásticas».

Por aquello del «intelligenti, pauca», y con la diversidad de acepciones que tiene este término en el diccionario, lo mejor es no «meneallo» y pasar de puntillas. Al menos, este es mi propósito.

. Comprendo que «desespicopalizar» y «desmonseñorizar» ideas y estilos de hablar y de comportarse, es tarea ardua y difícil. Prácticamente imposible, tal vez por aquello de que «imprime carácter». Esto no obstante, consuela y anima comprobar que el Papa Francisco asumió tal tarea- ministerio con santa audacia y con garbo y ejemplaridad convincentes.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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